Las largas colas que suelen formarse frente a los cajeros automáticos, permiten concluir que no son suficientes para atender una población de 100.000 personas. Además, hay sectores populosos como el Villa Rosas, desprotegidos del servicio.
Rafaela tiene 11 sedes bancarias y 29 cajeros automáticos, y aunque no existen estadísticas que lo refrenden, por simple observación de lo que sucede frente a los mismos en determinados días al mes -cuando se abonan los sueldos por ejemplo, o los fines de semana largos- no alcanzan para cubrir las necesidades de una población de 100.000 habitantes como tiene la ciudad, más aún después de que prácticamente todo el sistema ha sido bancarizado, tanto de los trabajadores en relación de dependencia, como los pasivos y hasta los adjudicatarios de subsidios de distinta naturaleza. Eso, en cuanto al más simple sistema de retiro de dinero, pero si añadimos las demás gestiones que pueden hacerse en un cajero, que van desde los depósitos, hasta el pago de facturas y transferencias, eso no sólo amplía la cantidad de usuarios sino que también el tiempo de uso, que a decir verdad, en ciertos casos, por impericia o vaya a ser qué otras cuestiones, suele crispar los nervios de quienes aguardan en colas que se van extendiendo sostenidamente. Muchas veces bajo inclemencias naturales, habitualmente bajo el rayo del sol, ya que pocos serían los que arriesgarían una permanencia debajo de la lluvia.
Los cajeros surgieron para agilizar los trámites bancarios más elementales, en otras palabras, para favorecer a los clientes, ya que se puede concurrir en el momento que uno lo desee, incluso hacerse de dinero los días feriado, o trasladarse a otros lugares sin tener que portar el efectivo, más en estos tiempos de tanta inseguridad. Sin embargo, cuando no alcanzan a satisfacer la demanda, en lugar de un beneficio se transforman en un incordio, y algo de eso es lo que está ocurriendo en Rafaela.
Los concejales, el senador Alcides Calvo y la propia Asociación Bancaria han reclamado por la instalación de más cajeros, interpretando de tal manera el pedido de la gente, en definitiva de los usuarios. Hubo respuestas diversas, pero todavía no las necesarias. Es que además de pocos, al menos no son suficientes pues de lo contrario no se formarían esas largas colas que suelen verse frente a los mismos, es habitual que muchos de ellos los fines de semana largos se queden sin dinero, habiéndose llegado incluso a algunas situaciones que rozan el ridículo, como por ejemplo que en el comienzo de alguno de esos fines de semana, ya el sábado a primera hora de la mañana el cajero no disponga de billetes para satisfacer los pedidos. Y no hablemos de la suciedad que suele haber durante esas oportunidades, hasta con perros callejeros durmiendo en su interior, a resguardo del fuerte calor.
Otra situación bastante habitual con los cajeros, y que contribuye para que acuda mayor cantidad de personas en determinados horarios, es que muchas personas prefieren hacer uso de los mismos mientras hay personal en el interior del Banco, precavidos por cualquier anormalidad que pueda suceder con la tarjeta de débito. Habida cuenta de algunos episodios, la precaución no está de más, de manera especial en aquellos que no tienen un fluido manejo, que son por otra parte quienes necesitan de mayor lapso, es cierto que a veces algo exagerado, para realizar sus operaciones.
Hay cajeros en las once sedes bancarias: Credicoop, Hipotecario, Galicia, HSBC, dos del Macro, Santander, Río, Francés, Nuevo Banco de Santa Fe, Standard y Nación, contándose con un total de 29 cajeros para realizar los trámites más sencillos y comunes, los que se encuentran ubicados en las sedes mencionadas, y además uno del Galicia en la planta fabril de Mahle, otro del Santa Fe en el Pingüino del bulevar Lehmann y un tercero en el híper Libertad del banco Nación.
De todas maneras, la geografía ciudadana no se encuentra correctamente cubierta, ya que por ejemplo una comunidad tan populosa como el barrio Villa Rosas no dispone de cajero, una comodidad que hace unos años tuvo y que posteriormente fue eliminada.
Es verdad que los bancos no son instituciones benéficas, debiendo buscar la rentabilidad en cada una de sus alternativas, pero resultaría interesante, más que eso importante, que se analice la posibilidad de ampliación de la red de cajeros, para de esa manera ofrecer una mayor comodidad a la gente. Es que antes de contarse con estos sistemas automáticos, las colas se formaban en el interior del banco, ahora fueron trasladadas a la vereda.
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