Ocurrió en la agencia de viajes Real Tour (Francia 2207). Actuaron dos delincuentes armados. Se llevaron algo de dinero y celulares.
Eran cerca de las 10.30 cuando dos sujetos ingresaron al negocio ubicado en Francia 2207, casi esquina con Salta. Ambos llevaban colgando en sus brazos cascos de motociclistas, de color negro.
“Quédense tranquilos que esto es un asalto”, dijeron a modo de presentación, toda vez que sacaban a relucir armas de fuego.
Dentro del comercio se encontraban los encargados del comercio (un hombre, una mujer y un joven) los que bajo amenazas fueron obligados a encerrarse en una de las oficinas. Una vez allí los tres fueron maniatados con precintos plásticos.
De los delincuentes se supo que eran dos hombres de entre 35 a 40 años. Uno de ellos rapado y con un aro muy vistoso en una de sus orejas. El otro, unos años más joven y con el pelo corto, morocho.
“Queremos la plata”, ordenó uno de los cacos mientras concentraba su atención en una pequeña caja fuerte, la que estaba abierta y sin dinero.
Fracasados en su objetivo mayor los malvivientes fueron entonces por el premio consuelo. Sustrajeron el dinero que las víctimas tenían encima y sus teléfonos celulares.
“Quédense 10 minutos acá y después salgan”, fue la última indicación que marcaron los individuos antes de darse a la fuga.
Al cabo de un rato las víctimas lograron liberarse. Pero los pesares no terminaron allí por cuanto una mujer comenzó a evidenciar una crisis de presión debido al mal momento sufrido.
El malestar de la mujer fue en aumento a punto tal que necesitó ser trasladada hasta el hospital Cullen donde debió ser asistida.
Puestos al tanto del asunto agentes del Comando Radioeléctrico llegaron al lugar y comenzaron con las tareas de búsqueda las que, hasta el cierre de esta edición, no habían dado resultados.Esta mañana osados delincuentes concretaron un asalto a mano armada en la agencia de viajes Real Tour.
Eran cerca de las 10.30 cuando dos sujetos ingresaron al negocio ubicado en Francia 2207, casi esquina con Salta. Ambos llevaban colgando en sus brazos cascos de motociclistas, de color negro.
“Quédense tranquilos que esto es un asalto”, dijeron a modo de presentación, toda vez que sacaban a relucir armas de fuego.
Dentro del comercio se encontraban los encargados del comercio (un hombre, una mujer y un joven) los que bajo amenazas fueron obligados a encerrarse en una de las oficinas. Una vez allí los tres fueron maniatados con precintos plásticos.
De los delincuentes se supo que eran dos hombres de entre 35 a 40 años. Uno de ellos rapado y con un aro muy vistoso en una de sus orejas. El otro, unos años más joven y con el pelo corto, morocho.
“Queremos la plata”, ordenó uno de los cacos mientras concentraba su atención en una pequeña caja fuerte, la que estaba abierta y sin dinero.
Fracasados en su objetivo mayor los malvivientes fueron entonces por el premio consuelo. Sustrajeron el dinero que las víctimas tenían encima y sus teléfonos celulares.
“Quédense 10 minutos acá y después salgan”, fue la última indicación que marcaron los individuos antes de darse a la fuga.
Al cabo de un rato las víctimas lograron liberarse. Pero los pesares no terminaron allí por cuanto una mujer comenzó a evidenciar una crisis de presión debido al mal momento sufrido.
El malestar de la mujer fue en aumento a punto tal que necesitó ser trasladada hasta el hospital Cullen donde debió ser asistida.
Puestos al tanto del asunto agentes del Comando Radioeléctrico llegaron al lugar y comenzaron con las tareas de búsqueda las que, hasta el cierre de esta edición, no habían dado resultados.
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