viernes, 23 de noviembre de 2012

ROSARIO: Lo asesinaron de un escopetazo en la cara en una discusión barrial


Juan José Ponce fue atacado cuando estaba en la puerta de su casa con su hermano y familiares. Por el hecho acusan a un plomero de 58 años con el que la familia Ponce habría tenido roces previos.
La Capital | 
Lo asesinaron de un escopetazo en la cara en una discusión barrial
El crimen de Juan José Ponce conmocionó al barrio Coronel Aguirre de Villa Gobernador Gálvez. El hombre, que tenía 39 años y supo pagar con cárcel una condena de 6 años y 6 meses de prisión, fue asesinado de un escopetazo calibre 16 en el rostro el miércoles, pasadas las 21.30, en un incidente que terminó con dos heridos leves y un auto con su parabrisas roto. El señalado como autor del disparo mortal es un plomero de 58 años que estuvo trabajando todo ese día en una casa ubicada a escasos 30 metros del lugar del hecho, en Cafferata al 2700, y que anoche se mantenía prófugo.
Las circunstancias que rodearon al asesinato de Juan José Ponce tienen dos versiones contrapuestas. La familia de la víctima asegura que el plomero —que vive a unas 15 cuadras del lugar del hecho— fue a buscar problemas y los originó. ¿Por qué hizo eso? Nadie supo contestar esa pregunta. "Es un tipo que toma y le pegó mal el vino", indicó un familiar de la víctima. Del otro lado, algunos vecinos hablan de hostigamiento desde los Ponce hacia el plomero y su ayudante. ¿Fue una buena idea parar a tomar algo en un quiosco ubicado al lado de la casa de la familia que supuestamente lo hostigaba? El sentido común indica que no, aunque los más intrépidos dijeron que en la zona los quioscos no abundan. Algo discutible con sólo echar un vistazo a los alrededores.
Junto al quiosco. Todo pasó en Cafferata al 2700, entre Pasaje 8 y La Plata. Una zona áspera para la convivencia, ubicada a tres cuadras de avenida Soldado Aguirre de Villa Gobernador Gálvez. En esa parte del pauperizado barrio "avenida" es un eufemismo que refiere a calles de tierra poceadas en las que sus residentes circulan con espíritu de turismo de aventura.
Buena parte de la familia Ponce vive en una casa de dos plantas ubicadas junto a un quiosco, sobre la vereda de los pares. Treinta metros en diagonal hacia el sur, El gordo, como conocen al plomero de 58 años, trabajó durante los últimos días realizando refacciones junto a un cadete.
Así se llegó a la noche del miércoles, cuando sobre la vereda de la casa de los Ponce estaban sentadas tomando un refrigerio unas cinco o seis personas. Entre ellos se encontraban Juan José y su hermano Pablo, de 31 años. Había, además, varios niños. Entonces, a bordo de un auto gris llegó El gordo, quien se apostó en el quiosco y se puso a tomar una cerveza. A partir de ese momento surgen las versiones enfrentadas que responden a los intereses y motivaciones de los protagonistas y será la materia con la que la jueza de Instrucción Roxana Bernardelli deberá trabajar para determinar qué ocurrió.
Lo concreto es que hubo una discusión, que El gordo tomó una escopeta perdicera que tenía en su auto e hizo dos disparos hacia el grupo. Uno impactó en el rostro de Juan José Ponce y el otro hirió a su hermano Pablo. Un amigo de ellos, llamado Fernando, intentó desarmar al plomero pero recibió dos culatazos que lo hirieron. La víctima murió camino al hospital Gamen.
Dos versiones. "Esto fue premeditado. El hombre (el plomero) vino con malas intenciones. Se puso a tomar en el quiosco escuchando chamamé al caño y se ve que le pegó mal el vino. Entonces nos empezó a insultar a todos. Después agarró la escopeta que tenía en el auto y disparó. Había cinco o seis personas en la vereda, varios chiquitos. Y le pegó en la cabeza a mi hermano que estaba sentado. Le pegó y cayó ahí", relató Pedro Ponce, hermano de la víctima, a pocos metros del lugar donde sucedió la balacera. "Además le disparó a mi otro hermano, que tiene perdigones en el cuerpo, y a un amigo que le quiso sacar la escopeta le dio un culatazo en las costillas y le rompió la cabeza", explicó el muchacho con los ojos enrojecidos por la furia. A su lado Vanesa, una de sus sobrina, agregó: "El hombre vino a buscar la reacción. Y estuvo haciendo bardo (buscando problemas) todo el tiempo".
En la causa existen otros testimonios contrapuestos a los dichos de los Ponce. "Esa es una familia muy problemática y hay varios vecinos que ya no aguantan más. El plomero estuvo trabajando en una casa ubicada a pocos metros del lugar del hecho. Por la tarde un adolescente que trabaja con el plomero tuvo un roce con uno de los Ponce. Entonces el trabajador fue y habló con los hermanos. A la noche, cuando ya había terminado con su trabajo, se quedó en el quiosco que está al lado de la casa de los Ponce a tomar una cerveza. Fue entonces que los hermanos le buscaron roña y el plomero se defendió con la escopeta que llevaba en su auto", explicó un vocero policial. Y agregó: "Con una barreta de metal le rompieron el parabrisas del auto".
Desde ese momento nada más se supo de El gordo. En la escena del crimen quedaron dos proyectiles, uno de ellos percutado, una barreta de metal y los vidrios del parabrisas. Ya de madrugada, los policías de la comisaría 26ª allanaron la casa del sospechoso pero no lo encontraron. Su esposa dijo estar preocupada por su destino.
El vecino de Cafferata y La Plata donde El gordo estuvo trabajando no dejaba de dar explicaciones ayer al mediodía. "Vos me querés quemar la casa a mí porque el plomero mató al muchacho y yo no tengo nada que ver. Sólo lo contraté para que me arreglara unos caños. ¿Qué más querés que te diga?", le dijo el residente a un allegado del hombre asesinado que llegó con la intención de mitigar con fuego el odio que le generó la muerte de Juan José Ponce.

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