Ayer a la madrugada Carlos F. llegó en un BMW a su casa del barrio de Alberdi y cuando se disponía a estacionarlo en el garaje fue emboscado por tres jóvenes armados. Apenas se toparon con el dueño de casa, los intrusos le asestaron culatazos en la cabeza para intimidarlo.
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Entonces, sin que el empresario de 62 años pudiera oponer resistencia, entraron a su vivienda y la desvalijaron. Recogieron dos mil pesos, una cantidad no precisada de dólares y un valioso reloj Rolex. También cargaron dos televisores y dos computadoras portátiles en el auto de la víctima y se esfumaron con el rodado. Anoche, al cierre de esta edición, ni el vehículo ni los asaltantes habían sido localizados por la policía.
Carlos F. es el socio gerente de una empresa de rastreo satelital de camiones situada en Buenos Aires, adonde al parecer viaja con frecuencia en virtud de esa actividad. Está divorciado y vive con su hijo en una casa de Mazza al 800, en un sector residencial de Alberdi poblado por coquetos chalés como el suyo, de dos plantas, un jardín delantero donde está ubicado un garaje semicubierto y un ingreso enrejado.
Violentos. Mirta es una vecina del hombre asaltado que lo auxilió luego del atraco. Al explicar detalles del robo, la mujer recordó que alrededor de la 1.30 del domingo el empresario llegó a su vivienda a bordo de su automóvil, un BMW negro modelo 2006. Abrió el portón corredizo del garaje, ingresó el coche y lo estacionó. Y cuando se disponía a cerrar el portón aparecieron tres hombres "fuertemente armados".
"El no sabe de dónde salieron los ladrones", comentó la mujer sobre los intrusos, que actuaron con crueldad. Apenas estuvieron frente al dueño de casa lo golpearon con ferocidad y le propinaron culatazos con armas de fuego.
Aturdido, el hombre fue obligado a entrar en la casa. Detrás suyo entraron los ladrones quienes, con la situación bajo control, comenzaron a recorrer la propiedad en búsqueda de efectivo y elementos de valor.
Mientras esto ocurría Carlos F. observaba impotente la escena. Al parecer, según lo descripto por una fuente policial, los ladrones habrían actuado con rapidez ya que no estuvieron "mucho tiempo" en el interior de la vivienda.
Botín. Luego de una búsqueda desenfrenada que incluyó casi todos los muebles de la casa, los maleantes encontraron lo que tal vez estaban buscando. Según fuentes policiales, el botín redondeó unos dos mil pesos, dólares y un reloj Rolex que la víctima valuó en 3.600 dólares.
Uno de los ladrones guardó el dinero y el reloj en el bolsillo de su pantalón mientras sus dos cómplices se apoderaban de dos televisores, uno de 40 pulgadas y el otro de 32. También se llevaron dos notebooks.
Consumado el atraco, los malhechores salieron a la vereda, cargaron los objetos sustraídos en el BMW y se esfumaron a bordo del vehículo por Mazza en dirección al sur. Pero antes de marcharse adoptaron una precaución para que el dueño de casa no pudiera comunicarse inmediatamente con la policía para denunciar lo sucedido: lo ataron y se apoderaron de su teléfono celular.
Cuando pudo zafar de las ataduras, Carlos salió a la calle y le pidió ayuda a Mirta. La mujer se contactó con el 911 y con el hijo del hombre asaltado, que no se encontraba en la casa al momento del asalto porque había salido.
Un rato después, un móvil del Comando Radioeléctrico y un patrullero de la comisaría 10ª —con jurisdicción en la zona donde ocurrió el ilícito— acudieron a la casa asaltada.
Otras veces. Según relató Mirta a un cronista de LaCapital, el atraco ocurrido la madrugada del domingo no fue el primero que sufrió Carlos F. "En este mes le quisieron robar dos veces de madrugada, cuando llegaba a su casa en el auto", contó la mujer. Sin embargo, el comisario Germán Herrera, jefe de la seccional 10ª, señaló que los dos intentos de atraco no fueron denunciados en esa dependencia policial.
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