domingo, 18 de noviembre de 2012

Los medios de prensa, Gaza y el conflicto Palestino-Israelí



"En las últimas horas este proceso residual psico-culposo y antisemita se ha visto acompañado a gran escala desde la prensa occidental en periódicos y agencias cuya información parece ignorar intencionalmente las circunstancias específicas como las particularidades de sus motivos."



Actualizado 18 noviembre 2012

George Chaya
Muchos israelíes y palestinos han buscado la paz durante generaciones. Es el sueño al que nadie ha renunciado y que se ha ido renovando cíclicamente en el escenario del Israel actual donde hoy se vislumbra con angustia lo que deparara el futuro. Para los creyentes de las tres religiones monoteístas: judíos, musulmanes y cristianos la hoguera de violencia que no cesa representa no solo un drama. Es algo peor que se define en una sola palabra: ‘fracaso’.
El grupo islamista Hamás equivocó su estrategia en los últimos once años con sus golpes y amagues al estado hebreo. Israel erró apostando a la ecuación ‘tierras por paz’ al retirarse de Gaza años atrás. Los fundamentalistas leyeron el gesto israelí como signo de debilidad. Hoy ambas dirigencias <y los que es peor, los dos pueblos> están pagando esos errores.
Lo que se percibía como desenlace finalmente ocurrió. Israel bombardeó objetivos del movimiento islamista Hamas en Gaza destruyendo almacenes de armamento y munición y estaciones operativas de seguridad. La operación, de la que Israel aviso previamente, acaba de comenzar y con ella se reaviva el proceso de asunción de culpabilidad histórica <más o menos avanzado> en varios países europeos y occidentales. En las últimas horas este proceso residual psico-culposo y antisemita se ha visto acompañado a gran escala desde la prensa occidental en periódicos y agencias cuya información <ambigua en la universalización del conflicto israelí-palestino> parece ignorar intencionalmente las circunstancias específicas como las particularidades de sus motivos. No han sido pocas las agencias que presurosamente <como en 2008 durante la Operación Plomo Fundido> mostraron sus posiciones sesgadas y antisemitas. Ejemplo de ellos son cientos de artículos que se pueden leer en varios periódicos, muchos de ellos escritos por ecologistas y defensores de los derechos humanos, en definitiva, ‘activistas de la plumilla izquierda pacifista’ que hablan de genocidio y holocausto del pueblo palestino pero ignoran desvergonzadamente las acciones del terrorismo de Hamas y sus lanzamientos de cohetes sobre población civil israelí en los días, meses y años previos. Lo concreto es que en tales posiciones informativas parciales, subjetivas y racistas pueden observarse patrones que despliegan viejas y conocidas posiciones antisemitas hoy encubiertas en el antisionismo lo cual representa en esencia, ni mas ni menos que otra desilusión que la prensa ideológica sesgada disemina a sus lectores muchas veces incautos. La obsesión con Israel y su conflicto con los palestinos hace que se llegue afirmar que el Estado Judío representa "el nuevo nazismo" o en el más morigerado de los casos que es la Sudáfrica del Apartheid, por lo que juzgo innecesario ampliar ejemplos ante semejante discurso que engloba un inequívoco y completo "wishfull thinking".
Estos dislates universales alivian el peso de la culpabilidad de distintas historias nacionales de no pocos países europeos que jamás afrontaron su responsabilidad durante la era del nazismo, la liviandad en la utilización del termino, pretende mostrar que cualquiera puede jugar "el rol de nazi", con lo ello, la responsabilidad moral será siempre menos exigente. Después de todo, estos roles se van alternado casi aleatoriamente para muchos medios de prensa europeos temerosos de perder beneficios económicos reportados por su amistad con las compañías petroleras árabes. Tampoco ha faltado en las ultimas horas la siempre dispuesta y sesgada opinión de las manifestaciones de gran parte de la izquierda internacional uniéndose al colectivo <a menudo utilitario> de las victimas siempre que no pertenezcan a lo que consideran sus enemigos en lo que configura su ya conocido y reiterado ejercicio de hipocresía universal irrespetando la vida humana. Es allí donde los campeones de los derechos humanos miden los muertos según sea el arma que los mata, y a mayor numero de victimas mejor para el aquelarre verbal de sangre y muerte que desatan histéricamente. Esto no debe llamar la atención pues existe una tendencia de grandes sectores de la izquierda a reconocer de manera simplificada a las naciones o pueblos como únicos actores reales en conflictos y situaciones políticas fuera de todo matiz y diferenciación interna. Ellos suelen hablar de "Los palestinos-árabes" o "Los EE.UU." sustentando sus discursos en posiciones que abrevan en una profunda ignorancia de la realidad. Lo hacen del mismo modo que cierto sector del movimiento antirracista internacional reduce a los inmigrantes a la condición exclusiva de victimas. Así, gran parte de la izquierda apoya la lucha contra Israel en términos resistencialistas y rotula como pueblo oprimido al pueblo palestino, pero también lo hace por carencia de conocimientos sobre el conflicto y una alta dosis de antisemitismo. Todos estos grupos se convierten en instrumentos psicológicos de "alivios de la culpa", algunos de forma conciente y otros desde la ignorancia, pero siempre prestos a calificar "la nazificación" de Israel insuflan esa idea con alta carga emocional casi hasta el paroxismo. Lo que los delata en la irracionalidad de la ideología que profesan y da por tierra con cualquier postulado que pretendan esgrimir "es su apoyo a la ideología de la muerte y el oscurantismo" que caracteriza el terrorismo islamista.
De allí que estas horas son importantes. El publico debe interiorizarse, leer, investigar y procesar la información que esta recibiendo, pues sin tener en cuenta estos aspectos del neo-antisemismo yihadista apoyado por varios sectores en occidente, el combate contra el terrorismo mantendrá graves e insalvables insuficiencias.
La lucha de Israel contra el terrorismo es una circunstancia inevitable que se debe interpretar apropiadamente teniendo en cuenta la continua transformación de las acciones del terror hacia formas innovadoras, oportunistas y hasta menos obvias. Esta es la responsabilidad que los medios de prensa internacionales deben respetar y rescatar en defensa de lo ético. Y es el aspecto sobre el que la opinión pública debe estar atenta sin permitir que se le engañe con información sesgada. Israel hoy esta luchando para proteger a sus ciudadanos y por su supervivencia misma como en todas y cada una de sus guerras libradas en los últimos 60 años. Pero por sobre todo simboliza la primera línea de batalla en defensa de la cultura occidental y judeo-cristiana contra el avance de la sin razón y la violencia. Muchos lo saben en la dirigencia política occidental, por caso el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania condenó a Hamas por el abandono de la cesación del fuego con Israel e instó al grupo a que de inmediato cese los insufribles ataques con cohetes contra la población civil israelí. La comunidad internacional expresó su preocupación por la situación en Gaza y pidió durante los últimos meses a las facciones palestinas poner fin a los ataques con cohetes sobre pueblos y ciudades de Israel. Lo propio hizo el portavoz del Vaticano y el presidente Francés Hollande en varias oportunidades el último mes.
Para quienes no conocen el escenario de una región -que es un pañuelo- y las dificultades de una democracia rodeada de regímenes muy distintos en valores culturales, la comprensión puede ser maniquea cuando no superficial y errónea. Pero la realidad y la cuestión de fondo es más compleja. Por ello, la genuina lucha contra el terror no debe focalizarse exclusivamente en las acciones militares. Debe ser sustentada por información fidedigna y realista y no apoyada en la ideología del odio a la modernidad que Israel encarna en la región solo por la cercanía de las relaciones del estado hebreo con EE.UU. Relacionar aspectos relativos a la globalización y al capitalismo como pretende la izquierda es tan absurdo como inverosímil a los ojos de las personas de buena voluntad y de paz. Es algo tan falaz como sostener que los árabes o los musulmanes no pueden ser antisemitas, idea éésta basada en "la noción paternalista del buen salvaje".
Es tiempo <para Occidente> de tener claro el pensamiento que no todo ser humano tiene la misma capacidad moral de distinguir entre el bien y el mal. La ilustración es nuestra principal arma y probablemente la única que disponemos.

*George Chaya, es BA in History. Es docente y consultor experto en Oriente Medio en materia de relaciones internacionales, seguridad y prevención del terrorismo. Es autor de ¨La Yihad Global, el terrorismo del Siglo XXI¨ y varios libros de pensamiento.

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