Un lúgubre pronóstico efectuó el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI en un reporte con la actualización regional de las proyecciones. Asevera en él que en Europa la crisis sigue "acuciante" y que en Estados Unidos persiste la amenaza del "precipicio fiscal". Llaman la atención esas palabras utilizadas en el reporte, que además contiene como tarea principal para la mayoría de los países "fortalecer los fundamentos macroeconómicos aumentando el espacio fiscal y asegurando estabilidad financiera".
Hoy en el Tokyo International Forum, los directivos del Departamento del Hemisferio Occidental darán una conferencia de prensa para explicar los alcances y detalles de estos pronósticos. Puntualmente sobre la Argentina, existen algunas menciones directas. En primer lugar, agrupa al país, junto con Bolivia, Ecuador, Paraguay y Venezuela, bajo el título: "Países exportadores de materias primas con uso excesivo de las ganancias extraordinarias".
El informe proyecta una desaceleración brusca del crecimiento en la Argentina y Paraguay para este año, "a pesar de términos de intercambio favorables y de políticas de estímulo. Esta desaceleración en parte refleja el debilitamiento de la demanda externa proveniente de Brasil, y el impacto de shocks relacionados con factores climáticos (particularmente en Paraguay)". Sobre la Argentina, puntualmente advierte que "las restricciones a las importaciones y a las operaciones cambiarias están afectando negativamente a la inversión y la confianza del consumidor".
Más allá de estas menciones, hay advertencias en general muy contundentes sobre lo que puede suceder a nivel global. «En términos generales, las perspectivas a corto plazo exigen vigilancia y un enfoque de gestión de riesgos orientado a la preparación para la eventualidad de riesgos extremos». Contundente.
Hasta Brasil, una suerte de alumno ejemplar, tiene comentarios poco alentadores sobre su PBI. «La desaceleración fue particularmente fuerte en Brasil, donde la incertidumbre mundial y las políticas adoptadas en 2011 para controlar la demanda interna tuvieron un impacto mayor al previsto, especialmente en la inversión privada», dice, para preocupación de Dilma Rousseff.
Este informe es aún más crítico que el presentado el martes último en esta asamblea anual del FMI-Banco Mundial, el tradicional Panorama Económico Mundial. Las proyecciones de crecimiento obviamente se mantienen, y para la Argentina fija el 3,1% de incremento del PBI. Es decir que más allá de las aseveraciones y tonos de las palabras utilizadas, no hay variaciones en las pautas establecidas para el año entrante. Incluso el 2,6% de incremento del PBI argentino para este año es superior al de varias consultoras.
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