El elevado número se registró sólo el sábado en las periferias de Damasco y en Alepo. Desde la oposición aseguran que es cuestión de tiempo para la caída de Al Assad.
Este fin de semana fue uno de los más sangrientos registrados en las últimas semanas en Siria, de acuerdo con activistas de la oposición, que denunciaron la muerte de 210 personas, entre ellas, más de 145 civiles.
Esa cifra, elevada de por sí, corresponde solo al sábado. La mayoría de las muertes se registraron en la periferia de Damasco y en la ciudad deAlepo, donde este domingo también huboenfrentamientos entre rebeldes y soldados oficialistas.
Por otro lado, la agencia de noticias Associated Press informa que el régimen de Bashar Al Assad dispuso la liberación de 121 opositores, debido a que “no cometieron ningún delito”. Esos datos no han podido ser contrastados de forma independiente.
En Siria, los rebeldes resisten a los embates del Gobierno. Según un coronel insurgente, Abdel Wahab, entrevistado cerca de la frontera con Turquía por la agencia AFP, solo la superioridad aérea evita la caída de Al Assad.
"Con o sin la ayuda exterior que podría sernos suministrada, el fin del régimen es una cuestión de meses, no de años", afirmó el hombre, que asegura comandar una brigada de 850 hombres del Ejército Sirio Libre (ESL).
"Si tuviéramos armas antiaéreas y antitanques eficaces, podríamos tomar la delantera muy rápidamente. Pero aunque los otros países no nos las entreguen, de todas maneras venceremos. Tomará más tiempo, eso es todo", añadió, develando la importancia de la comunidad internacional en el conflicto.
Wahab, quien fue un desertor, también sugirió que los soldados permanecen en las filas de Al Assad porque “tienen miedos por sus familias, que se encuentran en la posición de rehenes”. “Yo logré poner a salvo a mi gente antes de partir del Ejército”, señaló.
A nivel internacional, el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y el enviado por el mismo organismo junto con la Liga Árabe, Lakhdar Brahimi, se reunieron el sábado para analizar el conflicto en Siria.
Ambos funcionarios expresaron su deseo de que la próxima Asamblea General de la ONU, que se celebrará en Nueva York esta semana, ayude a mejorar la situación humanitaria en el país y a encontrar una solución política que “responda a las demandas del pueblo sirio”.
"Acordaron que el empeoramiento de la crisis en Siria representa un amenaza que no deja de crecer para la paz regional y la seguridad", decía el comunicado oficial divulgado luego del encuentro.
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