Secuestros virtuales en Vera
Desde teléfonos con prefijos de otras provincias, malvivientes intentaron estafar a vecinos de la ciudad norteña.
A las 9 de la mañana de ayer, Juan Manuel Boggio -propietario de la
ferretería Los Ángeles, ubicada en Lisandro de la Torre y Belgrano-
recibió una llamada en su celular de un número que no conocía. Al
atender, comenzó su calvario: una voz anónima, tras preguntarle si sus
familiares estaban con él (a lo que respondió que no) le aseguró que
junto a otros maleantes tenían secuestrado a su padre.
Boggio, comerciante verense de 30 años, se perturbó por la noticia, y
desde el otro lado aprovecharon para seguir con el plan. Su interlocutor
le dijo que debía depositar primero $ 4.000 y luego $ 8.000, en una
cuenta que le pasarían, y que la operación tenía que ser realizada con
urgencia.
Por el padre
Pero
también le exigieron que no cortara la comunicación hasta tanto
depositara la plata. Para darle dramatismo a la escena, el rufián al
teléfono le preguntó si quería escuchar a su padre. Juan Manuel
respondió que sí. Oyó a alguien llorar y pedir en forma desesperada que
pague el rescate. En el shock emocional que estaba viviendo, creyó
reconocer la voz de su padre, Emilio Boggio.
Con premura
salió de su ferretería y se dirigió al correo, siempre hablando por
celular, tal como se le había impuesto bajo amenaza de no ver nunca más
con vida a su progenitor.
Sano y salvo
Antes de ingresar, se encontró con personal policial y, como pudo, les
relató lo que pasaba. Los agentes de orden público le dijeron que los
entretuviera, y entonces dieron aviso al jefe de la Unidad Regional XIX,
comisario mayor José Luis Leguiza.
El superior ordenó
rastrear el paradero del presunto secuestrado. Así se pudo comprobar que
Emilio Boggio se encontraba en Espín, en la zona rural del paraje donde
trabaja.
Pero Juan Manuel no alcanzó a creer lo que le decía
la policía. Para él, el llanto que escuchó era de su padre. Recién pudo
tranquilizarse cuando habló con su hermano, que estaba al lado de su
padre y que le confirmó que estaba con vida.
Hijos secuestrados
Antes que ello sucediera, una mujer de quien no se aportaron datos,
también se apersonó en la central policial para avisar que desde un
teléfono, igualmente con característica de Córdoba, la llamaron para
decirle que tenían secuestrada a su hija. Pero en este caso, ella les
cortó la comunicación y no pasó a mayores, y no realizó denuncia.
Más temprano, un hombre dijo que lo contactaron telefónicamente,
supuestamente desde Buenos Aires. “Tenemos secuestrados a tus hijos, si
querés volver a verlos con vida tenés que comprar tarjetas de teléfono y
pasarnos los códigos”. No creyó lo que le decían y cortó. Tampoco
formuló denuncia penal.
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