jueves, 2 de agosto de 2012

Secuestros virtuales en Vera

Desde teléfonos con prefijos de otras provincias, malvivientes intentaron estafar a vecinos de la ciudad norteña. 

A las 9 de la mañana de ayer, Juan Manuel Boggio -propietario de la ferretería Los Ángeles, ubicada en Lisandro de la Torre y Belgrano- recibió una llamada en su celular de un número que no conocía. Al atender, comenzó su calvario: una voz anónima, tras preguntarle si sus familiares estaban con él (a lo que respondió que no) le aseguró que junto a otros maleantes tenían secuestrado a su padre.

Boggio, comerciante verense de 30 años, se perturbó por la noticia, y desde el otro lado aprovecharon para seguir con el plan. Su interlocutor le dijo que debía depositar primero $ 4.000 y luego $ 8.000, en una cuenta que le pasarían, y que la operación tenía que ser realizada con urgencia.

Por el padre

Pero también le exigieron que no cortara la comunicación hasta tanto depositara la plata. Para darle dramatismo a la escena, el rufián al teléfono le preguntó si quería escuchar a su padre. Juan Manuel respondió que sí. Oyó a alguien llorar y pedir en forma desesperada que pague el rescate. En el shock emocional que estaba viviendo, creyó reconocer la voz de su padre, Emilio Boggio.

Con premura salió de su ferretería y se dirigió al correo, siempre hablando por celular, tal como se le había impuesto bajo amenaza de no ver nunca más con vida a su progenitor.

Sano y salvo

Antes de ingresar, se encontró con personal policial y, como pudo, les relató lo que pasaba. Los agentes de orden público le dijeron que los entretuviera, y entonces dieron aviso al jefe de la Unidad Regional XIX, comisario mayor José Luis Leguiza.

El superior ordenó rastrear el paradero del presunto secuestrado. Así se pudo comprobar que Emilio Boggio se encontraba en Espín, en la zona rural del paraje donde trabaja.

Pero Juan Manuel no alcanzó a creer lo que le decía la policía. Para él, el llanto que escuchó era de su padre. Recién pudo tranquilizarse cuando habló con su hermano, que estaba al lado de su padre y que le confirmó que estaba con vida.

Hijos secuestrados

Antes que ello sucediera, una mujer de quien no se aportaron datos, también se apersonó en la central policial para avisar que desde un teléfono, igualmente con característica de Córdoba, la llamaron para decirle que tenían secuestrada a su hija. Pero en este caso, ella les cortó la comunicación y no pasó a mayores, y no realizó denuncia.

Más temprano, un hombre dijo que lo contactaron telefónicamente, supuestamente desde Buenos Aires. “Tenemos secuestrados a tus hijos, si querés volver a verlos con vida tenés que comprar tarjetas de teléfono y pasarnos los códigos”. No creyó lo que le decían y cortó. Tampoco formuló denuncia penal.

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