“Ojos bien abiertos” es la nueva
muestra que se inaugurará este viernes a las 20.30 en el Museo
Municipal de Artes Visuales. La misma presenta obras de este virtuoso y
comprometido creador santafesino. La propuesta es parte del ciclo de
exposiciones que el Gobierno de la Ciudad coorganiza con Cervecería
Santa Fe y cuenta con el padrinazgo de Tersuave.
La obra de Richard Pautasso, en sus diversas manifestaciones,
refleja un denominador común: la sensibilidad del artista frente a la
realidad que lo rodea. Como pocos, rinde homenaje al arte plasmando en
cada pieza su cosmovisión, asumiendo el riesgo estético e indagando
nuevos horizontes. Así lo demuestra “Ojos bien abiertos”, la nueva
exposición del Museo Municipal de Artes Visuales “Sor Josefa Díaz y
Clucellas”. En las salas del espacio cultural de San Martín 2068 se
expondrán obras de diferentes épocas y formatos diversos de este
singular creador santafesino.
La inauguración de esta muestra se concretará este viernes, a las
20.30, y contará con la presencia de Pautasso y de autoridades del
Gobierno de la Ciudad. Desde su apertura, la muestra podrá visitarse de
forma libre y gratuita hasta el martes 10 de julio. Es importante
destacar que esta propuesta artística, que cuenta con el padrinazgo de
Tersuave, se enmarca en el ciclo de exposiciones coorganizado por el
Gobierno de la Ciudad y la Cervecería Santa Fe.
Miradas sobre lo singular
“Etiquetas de chicles, caramelos, galletitas y chocolatines,
pequeñas obleas que certifican la calidad de las bananas de Ecuador,
sellos con forma de animalitos, insectos de plástico o figuritas y
pedacitos de encaje, son algunos de los signos con los que Richard
Pautasso le tuerce el brazo a la solemnidad y hace más leve su
existencia”, reflexiona la Prof. Mg. Isabel Molinas en el texto que
especialmente redactó para “Ojos bien abiertos”. En el mismo artículo
señala: “Desde aquella primera exposición presentada por Paco Urondo, a
principios de los años 50, diversos son los oficios que van tejiendo la
historia de su vida y de su obra: las andanzas con los amigos del
Retablillo de Maese Pedro, sus ambientaciones para las películas de
Birri, decenas de escenografías y vestuarios para teatros
independientes, las clases de la Mantovani, sus ilustraciones para El
Litoral y La Capital, su amistad con Mujica Lainez, su vínculo con
Miguel Brascó, la creación de ambientes para filmes de Juan Carlos Arch y
tantas otras referencias que describen qué es ser un artista visual en
Santa Fe. Porque aunque pase la mitad del tiempo en Buenos Aires, sigue
teniendo su taller, sus libros y su colección de caracoles en Santa Fe.
Múltiples oficios atravesados por una misma voluntad de ver y de
registrar lo singular de cada escena. Entre el objetivismo francés y el
impulso fenomenológico de un Stanley Kubrick, Richard se demora en los
gestos y en la voluptuosidad de los cuerpos, y vuelve con insistencia al
retrato pero idealizado y despojado de toda voluntad mimética.
Como en las películas de Kubrick, sus personajes son parte de un
engranaje más complejo, en el que la representación de los rasgos
físicos o los detalles del contexto, conviven con una reflexión más
profunda sobre la naturaleza de los seres y de su tiempo.
Quizás ese sea uno de los motivos por los cuales recurre a las
bandejas para terminar de individualizar escenas, objetos y personajes.
Bandejas de cartón con cierta gracia barroca en su estructura; bandejas
bonitas que se preservan para albergar, en su individualidad envolvente,
variadas representaciones del hombre-feto en el seno materno. Bandejas
de la confitería de la esquina que, reutilizadas, confirman esa
anunciada belleza que nos habla del placer y del gozo de ciertos objetos
y de los cuerpos en su calidad de textos.
No hay dudas de que estamos en presencia de un artista que conoce
su oficio, de uno de los creadores santafesinos que ha hecho del dibujo
una de sus caligrafías preferidas. Pero aunque el trazo y la trama
permanezcan a lo largo del tiempo, siempre hay un guiño que hace que
busquemos en cada obra un elemento novedoso y diferente. Etiquetas,
envoltorios de golosinas, insectos de mentirita y tantos otros motivos
que nos invitan a un mismo juego en el que no es posible mirar, sin que
eso nos mire y nos incumba. Sacudamos, entonces, el verdín de las
imágenes y disfrutemos del juego que Richard nos propone con los ojos
bien abiertos”.
El creador
Richard Pautasso nació en Santa Fe en 1933. Es Visualista. Cursó
sus primeros estudios plásticos en la Escuela Provincial de Artes
Visuales “Prof. Juan Mantovani”, a la que se incorporó como Profesor en
1962. Integró el Retablillo de Maese Pedro, junto a Urondo, Paolantonio,
Brascó y Ragone, entre otros. Su primera muestra, presentada por Paco
Urondo, se realizó en 1950. Trabajó en cine con Fernando Birri, en el
Instituto Superior de Cinematografía de la Universidad Nacional del
Litoral, y con Juan Carlos Arch. Fue escenógrafo y vestuarista de
teatros independientes en Santa Fe y Rosario. Ilustró libros y cuentos
en los diarios El Litoral y La Capital. En la actualidad, alterna su
residencia entre Santa Fe y Buenos Aires.
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