viernes, 8 de junio de 2012

SANTA FE: Escenas urbanas bajo la mirada singular de Richard Pautasso

“Ojos bien abiertos” es la nueva muestra que se inaugurará este viernes a las 20.30 en el Museo Municipal de Artes Visuales. La misma presenta obras de este virtuoso y comprometido creador santafesino. La propuesta es parte del ciclo de exposiciones que el Gobierno de la Ciudad coorganiza con Cervecería Santa Fe y cuenta con el padrinazgo de Tersuave.

La obra de Richard Pautasso, en sus diversas manifestaciones, refleja un denominador común: la sensibilidad del artista frente a la realidad que lo rodea. Como pocos, rinde homenaje al arte plasmando en cada pieza su cosmovisión, asumiendo el riesgo estético e indagando nuevos horizontes. Así lo demuestra “Ojos bien abiertos”, la nueva exposición del Museo Municipal de Artes Visuales “Sor Josefa Díaz y Clucellas”. En las salas del espacio cultural de San Martín 2068 se expondrán obras de diferentes épocas y formatos diversos de este singular creador santafesino. 
 
La inauguración de esta muestra se concretará este viernes, a las 20.30, y contará con la presencia de Pautasso y de autoridades del Gobierno de la Ciudad. Desde su apertura, la muestra podrá visitarse de forma libre y gratuita hasta el martes 10 de julio. Es importante destacar que esta propuesta artística, que cuenta con el padrinazgo de Tersuave, se enmarca en el ciclo de exposiciones coorganizado por el Gobierno de la Ciudad y la Cervecería Santa Fe.
 
 
 
Miradas sobre lo singular
 
 
 
“Etiquetas de chicles, caramelos, galletitas y chocolatines, pequeñas obleas que certifican la calidad de las bananas de Ecuador, sellos con forma de animalitos, insectos de plástico o figuritas y pedacitos de encaje, son algunos de los signos con los que Richard Pautasso le tuerce el brazo a la solemnidad y hace más leve su existencia”, reflexiona la Prof. Mg. Isabel Molinas en el texto que especialmente redactó para “Ojos bien abiertos”. En el mismo artículo señala: “Desde aquella primera exposición presentada por Paco Urondo, a principios de los años 50, diversos son los oficios que van tejiendo la historia de su vida y de su obra: las andanzas con los amigos del Retablillo de Maese Pedro, sus ambientaciones para las películas de Birri, decenas de escenografías y vestuarios para teatros independientes, las clases de la Mantovani, sus ilustraciones para El Litoral y La Capital, su amistad con Mujica Lainez, su vínculo con Miguel Brascó, la creación de ambientes para filmes de Juan Carlos Arch y tantas otras referencias que describen qué es ser un artista visual en Santa Fe. Porque aunque pase la mitad del tiempo en Buenos Aires, sigue teniendo su taller, sus libros y su colección de caracoles en Santa Fe. 
 
Múltiples oficios atravesados por una misma voluntad de ver y de registrar lo singular de cada escena. Entre el objetivismo francés y el impulso fenomenológico de un Stanley Kubrick, Richard se demora en los gestos y en la voluptuosidad de los cuerpos, y vuelve con insistencia al retrato pero idealizado y despojado de toda voluntad mimética.
 
Como en las películas de Kubrick, sus personajes son parte de un engranaje más complejo, en el que la representación de los rasgos físicos o los detalles del contexto, conviven con una reflexión más profunda sobre la naturaleza de los seres y de su tiempo. 
 
Quizás ese sea uno de los motivos por los cuales recurre a las bandejas para terminar de individualizar escenas, objetos y personajes. Bandejas de cartón con cierta gracia barroca en su estructura; bandejas bonitas que se preservan para albergar, en su individualidad envolvente, variadas representaciones del hombre-feto en el seno materno. Bandejas de la confitería de la esquina que, reutilizadas, confirman esa anunciada belleza que nos habla del placer y del gozo de ciertos objetos y de los cuerpos en su calidad de textos. 
 
No hay dudas de que estamos en presencia de un artista que conoce su oficio, de uno de los creadores santafesinos que ha hecho del dibujo una de sus caligrafías preferidas. Pero aunque el trazo y la trama permanezcan a lo largo del tiempo, siempre hay un guiño que hace que busquemos en cada obra un elemento novedoso y diferente. Etiquetas, envoltorios de golosinas, insectos de mentirita y tantos otros motivos que nos invitan a un mismo juego en el que no es posible mirar, sin que eso nos mire y nos incumba. Sacudamos, entonces, el verdín de las imágenes y disfrutemos del juego que Richard nos propone con los ojos bien abiertos”.
 
 
 
El creador
 
 
 
Richard Pautasso nació en Santa Fe en 1933. Es Visualista. Cursó sus primeros estudios plásticos en la Escuela Provincial de Artes Visuales “Prof. Juan Mantovani”, a la que se incorporó como Profesor en 1962. Integró el Retablillo de Maese Pedro, junto a Urondo, Paolantonio, Brascó y Ragone, entre otros. Su primera muestra, presentada por Paco Urondo, se realizó en 1950. Trabajó en cine con Fernando Birri, en el Instituto Superior de Cinematografía de la Universidad Nacional del Litoral, y con Juan Carlos Arch. Fue escenógrafo y vestuarista de teatros independientes en Santa Fe y Rosario. Ilustró libros y cuentos en los diarios El Litoral y La Capital. En la actualidad, alterna su residencia entre Santa Fe y Buenos Aires.

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