Un criadero con más de 150
perros hacinados y en “condiciones deplorables”, tal como se venía
denunciando, fue allanado y clausurado en esta localidad por personal
policial, de la comuna y de sanidad animal. Como resultado del
operativo, se secuestraron 23 perros que estaban en peores condiciones y
en situación de riesgo, tal cual lo constatatron veterinarios
presentes.
Los ejemplares quedaron bajo custodia judicial en manos de una
protectora, cuyas integrantes los tendrán en tránsito hasta que se
establezca su destino final.
El operativo fue el corolario de una serie de denuncias públicas formuladas por entidades de protección animal, y de una presentación hecha por una abogada en los Tribunales rosarinos por violación a la ley Sarmiento.
Efectivos de la subcomisaría 8ª de Alvear y de la sección Perros y Caballería de la policía, agentes de la comuna y personal del Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa), con su directora Diana Bonifacio al frente, se hicieron presentes en el Criadero del Peloponeso (tal en nombre del establecimiento), y pudieron constatar el estado de salud de muchos animales, así como al falta de habilitación del lugar, que fue clausurado. No obstante, desde las organizaciones proteccionistas dudan que su propietario no vaya a continuar con la actividad.
En el lugar tenían alojados más de 150 perros de las distintas razas que cría el establecimiento, entre ellos, golden, salchichas, labradores, shar pei y yorkshire, que permanecían en el lugar en pequeños caniles, algunos de los cuales eran compartidos por varios ejemplares en condiciones de hacinamiento. Los 23 pichichos secuestrados quedaron en manos de integrantes de la organización Huellitas Incondicionales, que trabaja en la protección de animales.
Inés Espósito integra esa institución. En diálogo con La Capital, recordó el derrotero iniciado por distintas entidades en contra de este emprendimiento, que derivó incluso en un escrache realizado el 2 de abril de este año (ver aparte). Respecto del allanamiento, la joven comentó que tuvo oportunidad de entrar al lugar y ver las “condiciones deplorables” en que se encontraban los perritos. “Ahora, los 23 perros están en nuestra manos, los vamos a curar y esterilizar, para que después puedan ser dados en adopción”, comentó la militante.
Respecto a la clausura, puso en duda que el propietario, Eduardo Artero, no continúe con la actividad. “Este hombre siempre tuvo una actitud de enfrentamiento y maltrato. En general, cuando pasan cosas así, los dueños colaboran, curan a los perros, ponen más personal. Pero no fue esa la actitud de este hombre”, dijo.
Incluso, existen sospechas de que el dueño llegó a sacrificar perros y enterrarlos en el mismo lugar, aunque esto no fue comprobado.
El operativo fue el corolario de una serie de denuncias públicas formuladas por entidades de protección animal, y de una presentación hecha por una abogada en los Tribunales rosarinos por violación a la ley Sarmiento.
Efectivos de la subcomisaría 8ª de Alvear y de la sección Perros y Caballería de la policía, agentes de la comuna y personal del Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa), con su directora Diana Bonifacio al frente, se hicieron presentes en el Criadero del Peloponeso (tal en nombre del establecimiento), y pudieron constatar el estado de salud de muchos animales, así como al falta de habilitación del lugar, que fue clausurado. No obstante, desde las organizaciones proteccionistas dudan que su propietario no vaya a continuar con la actividad.
En el lugar tenían alojados más de 150 perros de las distintas razas que cría el establecimiento, entre ellos, golden, salchichas, labradores, shar pei y yorkshire, que permanecían en el lugar en pequeños caniles, algunos de los cuales eran compartidos por varios ejemplares en condiciones de hacinamiento. Los 23 pichichos secuestrados quedaron en manos de integrantes de la organización Huellitas Incondicionales, que trabaja en la protección de animales.
Inés Espósito integra esa institución. En diálogo con La Capital, recordó el derrotero iniciado por distintas entidades en contra de este emprendimiento, que derivó incluso en un escrache realizado el 2 de abril de este año (ver aparte). Respecto del allanamiento, la joven comentó que tuvo oportunidad de entrar al lugar y ver las “condiciones deplorables” en que se encontraban los perritos. “Ahora, los 23 perros están en nuestra manos, los vamos a curar y esterilizar, para que después puedan ser dados en adopción”, comentó la militante.
Respecto a la clausura, puso en duda que el propietario, Eduardo Artero, no continúe con la actividad. “Este hombre siempre tuvo una actitud de enfrentamiento y maltrato. En general, cuando pasan cosas así, los dueños colaboran, curan a los perros, ponen más personal. Pero no fue esa la actitud de este hombre”, dijo.
Incluso, existen sospechas de que el dueño llegó a sacrificar perros y enterrarlos en el mismo lugar, aunque esto no fue comprobado.
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