En una recorrida que realizó El Litoral por los sectores de la laguna Setúbal habilitados como balnearios y por los que son sólo solarios, pudo ver una gran cantidad de visitantes disfrutando del paisaje y de las bondades del espejo de agua aunque mostraban cierto descuido en cuanto al mantenimiento y la limpieza de los espacios.
La playa de la Costanera Este es la que muestra el peor escenario. Entre la arena hay vidrios, botellas, escombros, yuyos y la costa cubierta de camalotes; una zanja por donde corre agua y desechos hasta la orilla divide y arruina el terreno.
Al mediodía del domingo había mucha gente tomando sol y llegaba más con reposeras y bolsos. En ese momento, los paradores estaban todos cerrados por lo que comprar una gaseosa o ir al baño era imposible.
A pocos metros de uno de los dos cestos de basura que hay en toda la extensión de arena, un labrador amarillo dejó su excremento bajo la atenta mirada de su dueño que, también prefirió abandonar el desecho del cachorro. “Los santafesinos somos sucios”, protestó Gustavo, un vecino de barrio Candioti que estaba con su familia sobre la arena a la vez que protestó por la falta de cuidado de la playa.
El Espigón I, donde no está permitido ingresar al agua, es el lugar elegido por quienes practican kitesurf en un área especialmente delimitada por conos. El marco que brindaba la laguna el domingo era inmejorable aunque el estado de la playa le restaba al paisaje. Había botellas, bolsas, piedras y basura. Los baños más cercanos al lugar están sobre la avenida Almirante Brown al 6800 y tampoco hay algún puesto donde se pueda comprar lo necesario para pasar un día de playa.
“Es un lugar que debería tener un cuidado permanente porque lo limpian cuando inicia la temporada y lo dejan. Además la gente no colabora, no se ven cestos, la verdad que podría estar mucho mejor con poco”, opinaron Juan Carlos y Nélida, dos vecinos de barrio Escalante que fueron a pasar el domingo a la playa.
En Playa Norte el panorama también se veía desprolijo y descuidado a pesar de estar habilitada como balneario. Los camalotes y las totoras no dejaban ver la orilla, no hay boyas y la bajada a la playa estaba marcada por basura y escombros. Tampoco hay baños ni guardavida.
Por los parques
En los piletones del Parque del Sur un grupo de chicos se bañaba bajo la mirada de tres guardavidas mientras una cuadrilla de empleados municipales pescaba botellas descartables y bolsas en el agua.
A pesar de que el chorro que provee líquido a los piletones se veía limpio y refrescante ante tanto calor, el fondo estaba turbio, cubierto de algas y musgo. En los baños del complejo no hay agua y los asadores están prácticamente destruidos.
El agua en los piletones del Parque Garay también está turbia. “Me gustaría que esté limpia”, dijo Andrea, una adolescente que salía del agua junto a sus amigas Nadia y Florencia, de barrio Villa del Parque.
Aunque los visitantes los utilizan igual, en los baños del parque tampoco hay agua y las duchas del complejo están fuera de servicio “hace años”. En la recorrida que realizó El Litoral, detectó además de la falta de cuidados, un elemento peligroso: bajo una de las farolas que iluminan el sector norte del piletón había cables a la vista cubiertos de agua.
Opinión de guardavidas
Consultado por El Litoral, Sergio Berardi, del Sindicato de Guardavidas, calificó el mantenimiento de las playas de la ciudad como “liviano”. Cuestionó que en varios de los lugares dispuestos como balnearios y/o solarium, los guardavidas no tengan la silla alta que se debe utilizar para controlar mejor lo que pasa en el agua. También señaló la ausencia de baños, de agua potable y de puestos de sombra. “En el ámbito de la Municipalidad, ya planteamos dichas necesidades y carencias de infraestructura. Lo de la silla alta es fundamental y hace a la seguridad de los bañistas; para nosotros significa una herramienta más de trabajo”, dijo.
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