domingo, 4 de diciembre de 2011

RIVER NO ACERTÓ Y BOCA UNIDOS LO AMARGÓ

El Millonario fue claramente superior, pero no pudo quebrar a Sessa y a tres minutos del final sufrió el gol de Cristian Núñez que definió el duelo por 1-0. El elenco de Almeyda perdió por tercera vez (la primera caída como visitante) y está a dos puntos del líder Instituto. En el cierre hubo incidentes en el campo de juego entre los jugadores.

RIVER NO ACERTÓ Y BOCA UNIDOS LO AMARGÓ

River acumuló méritos para reclamar un triunfo frente a Boca Unidos en Corrientes, aunque sufrió un golpe inesperado en tiempo de descuento y perdió por 1-0 en la fecha 17 del Torneo Nacional. El elenco de Núñez, que está a dos puntos del líder Instituto, gobernó con autoridad pero se topó ante el arquero Sessa y la propia falta de puntería. Y a tres minutos del cierre, un gol de Cristian Núñez le provocó la tercera derrota de la campaña (la primera como visitante).
La estupidez se hizo presente antes del arranque del duelo cuando un grupo de hinchas del local le arrojó piedras a Chichizola. Una de ellas impactó en la cintura del arquero y el árbitro Toia debió esperar casi 10 minutos hasta que la Policía se apostó cerca del alambrado. No obstante, antes de los 11 volvieron a llover proyectiles hacia el área y el encuentro debió frenarse durante otros cuatro minutos. Lamentable y penoso.
Luego de un prólogo parejo que se extendió hasta los 15, el Millonario se convirtió en amo y señor a partir de la criteriosa distribución de Cirigliano y la velocidad abrasiva de Sánchez por la derecha. Precisamente, en el costado izquierdo de Boca Unidos hubo una grieta que ni Fredrich ni De Muner lograron subsanar. Dos centros del desequilibrante charrúa hicieron blanco en la cabeza de Ocampos, que coqueteó dos veces con el gol. Y el juvenil tuvo una más a los 39, pero su tiro fue desactivado por Sessa.
La apuesta de Boca Unidos en el primer tiempo tuvo como ejes la apertura de las bandas (con Danelón y Fredich), la conducción de Devallis y la potencia del doble nueve (Núñez y Visconti). Sin embargo, el local no pudo sostener la presión del arranque y, paulatinamente, fue superado. Apenas se resaltaron un par de asistencias de Devallis y la lucha constante de Núñez. Los carrileros estuvieron más preocupados en marcar que en picar.
El motor de River pasó dos cambios en el amanecer del complemento y Boca Unidos estuvo a punto de ser arrollado. Al minuto, Sessa se lució para evitar que se cumpliera el refrán que reza: "Dos cabezazos en el área es gol". El primero fue de Domínguez, mientras que Cavenaghi fue el que se quedó con las ganas ante el veterano arquero. El Torito quiso revancha a los 13: recibió otro pase de cabeza del Chori y sacó un remate alto.
El dominio del Millonario se potenció porque el anfitrión dejó espacios muy amplios. Cirigliano (llegó a la quinta amarilla) mostró el camino que luego surcaron Sánchez, el Chori y Ocampos. El trabajo de Sessa para resistir se ganó múltiples aplausos. Cuando no intervino el Gato, lo hizo la falta de puntería. A los 28, Domínguez se animó desde fuera del área y la pelota salió apenas desviada. Y como tercera alternativa surgió la mala suerte, como en ese tiro de Cirigliano que no derivó en un gol en contra de milagro.
Almeyda aplicó el ingreso de Ríos por Aguirre a los 30, una variante tardía. Así, River asumió más riesgos para ir en búsqueda de una victoria merecida. La temática no se alteró y Boca Unidos resistió como pudo. Un tiro de Sánchez pegó en el travesaño, muy cerca del ángulo. En tanto, Sessa le ahogó otro grito a Cavenaghi al desactivar un cabezazo del goleador. Cuando parecía todo sellado, Chichizola salió mal a cortar un centro frontal y Núñez no perdonó en el rebote. Un gol de otro partido, un golpe de nocaut.
El final fue bochornoso porque los jugadores de River se trenzaron a golpes con algunos particulares que estaban en el campo de juego y también con la Policía y futbolistas del local. Un escándalo que le bajó el telón a una noche que parecía esperanzadora para el Millonario, pero terminó de la peor manera. Los merecimientos quedaron al margen en Corrientes, donde la fiesta y las cargadas fueron de Boca Unidos. ¿Dejará secuelas psicológicas este traspié? Mucho trabajo en la semana para el Pelado. 

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