martes, 29 de noviembre de 2011

ROSARIO/El juicio oral por el crimen de Pimpi Caminos entra hoy en la recta final

En la octava audiencia del juicio oral y público por el asesinato de Roberto Pimpi Caminos, otrora líder de la barra brava de Newells Old Boys, comenzarán a despejarse, al menos para la Justicia, las dudas del caso.

El juicio oral por el crimen de Pimpi Caminos entra hoy en la recta final

En la octava audiencia del juicio oral y público por el asesinato de Roberto Pimpi Caminos, otrora líder de la barra brava de Newel's Old Boys, comenzarán a despejarse, al menos para la Justicia, las dudas del caso. Por un lado la defensa de los imputados René Ungaro, Emanuel Suárez y Carlos Betito Godoy y, por otro, la fiscalía y la querella que representa a la familia de la víctima volcarán en sus alegatos las pruebas para pedir condenas o absoluciones al Tribunal Oral conformado por los jueces Gustavo Salvador, Julio Kesuani y José Luis Mascali, que se expedirán el jueves.
La noche del 19 de marzo de 2010 un hombre se acercó a la puerta del bar Ezeiza, de Servando Bayo 1484, y sin mostrar más que un arma de fuego descerrajó cinco balazos mortales sobre Caminos.
Planificado. El pasado jueves 17 de noviembre, primer día del juicio oral, la fiscalía a cargo de Nora Marull inició su acusación al sostener que se trató de "un asesinato planificado por varias personas motivado tanto por odios personales como por las disputas por el control de la barra brava de Newell's Old Boys" y calificó el delito de homicidio calificado por concurso premeditado por dos o más personas, agravado por el uso de arma de fuego. Por su parte, la querella le agregó a esa imputación otro agravante: "alevosía".
La fiscalía expresó desde un primer momento no tener "una filmación de esa noche, pero sí las pruebas necesarias. Las llamadas telefónicas entre los tres, los movimientos en esa madrugada, y las localizaciones que por medio de antenas de las compañías telefónicas se hizo de cada aparato". Este argumento fue el que más preocupó a la defensa, que continuamente lo cuestionó basándose en que algunos teléfonos ni siquiera estaban a nombre de los imputados.
Juntos. La querella, a cargo de Gabriel y Rubén Navas, manejó la hipótesis de que la intención era buscar a Caminos para ultimarlo, y para eso participaron, cada cual con un rol determinado, los tres acusados. Es casi seguro que hoy van a desdoblar los argumentos entre los dos letrados para demostrar, por medio de las pruebas aportadas, que estaban juntos a la hora de cometer el crimen.
El estudio Navas presentó como pruebas una serie de llamadas interceptadas entre familiares de René Ungaro, amigos de los imputados y abogados que los patrocinaron en su momento, en las cuales queda claro el armado de las declaraciones hechas durante la instrucción.
Sin pruebas. Los imputados tienen distintos defensores. Godoy es patrocinado por Fausto Yrure, quien sostiene que "no hay pruebas" contra su cliente. "Godoy ni estaba en el bar Ezeiza y eso quedó demostrado con los testigos aportados", dijo fuera del recinto.
En tanto, Ungaro es representado por Mario Ducler, que en su momento sostuvo que las pruebas eran desincriminantes. En el día a día de las audiencias, el abogado intentó demostrar que al momento del crimen René estaba en la comisaría 6ª asistiendo a un par de amigos que estaban allí demorados.
El otro imputado, Emanuel Suárez, está patrocinado por Marcelo Piercechi y Fernando Mellado, quienes intentan comprobar que esa noche su defendido se encontraba en casa de amigos y que nunca estuvo en la escena del crimen. Además se adujo que fue presionado para declarar durante la instrucción.
Amenazas. A lo largo de las siete audiencias de este juicio salieron a la luz rencillas familiares, declaraciones de testigos que escucharon como uno de los imputados se atribuía el homicidio y ciertos aspectos velados de la interna de la barra de Newell's. El referente de esa hinchada, Diego Panadero Ochoa, también declaró, sin aportar más que lo estrictamente respondido por él.
A uno de los testigos se le hizo una causa por falso testimonio y a otros se los buscó por medio de la fuerza pública.
Asimismo, varios testigos denunciaron, en los tribunales o en comisarías de sus barrios, amenazas telefónicas. Otro terminó con custodia policial en su casa familiar y poco a poco el juicio tomó un paralelismo entre lo que se ventilaba dentro del tribunal y lo que esas declaraciones significaban en la calle, donde impera la ley de los códigos rotos y la verdad de las armas.
Ocupación
Si bien no se dio en la cancha ni en un partido, el crimen de Caminos, por contexto y declaraciones, puede enmarcarse en las internas de una barra brava. En este sentido, cuando los familiares de Caminos se refieren a él destacan que esa era su “ocupación”. Los negocios que manejan las barras son muchos: recaudación por estacionamientos en los alrededores del estadio, contactos con el tráfico de drogas, reventa de entradas, administración de concesiones del club y finalmente la suma del poder que otorga un lugar en el firmamento de una camiseta amada.

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