anuncio

anuncio

anuncio

anuncio

martes, 29 de noviembre de 2011

"La Nación plantea cierta rigidez salarial y eso generará conflictos"

El Ministro de Trabajo de Santa Fe, Carlos Rodríguez, resaltó que para afrontar los potenciales coletazos de la crisis internacional, en Santa Fe debe continuar funcionando, y de forma "muy aceitada", la comisión multisectorial del empleo para que los distintos niveles de Estado, empresarios y gremios, debatan y definan nuevas las líneas de acción defensivas para morigerar el impacto en la provincia. El funcionario entiende que la dinámica de las distintas crisis —si bien tienen puntos en común como los intentos de despidos masivos— suelen contener particularidades a las que se debe estar atentos.


Por otra parte, consideró que en 2012 habrá más tensiones en materia de empleo. "El Estado nacional está planteando una cierta rigidez salarial, con lo que buscará frenar la inflación aunque no lo diga. Y eso seguramente generará conflictos", sentenció.
A pocos días de dejar el cargo y volver a Buenos Aires con su familia, Rodríguez dijo que si bien la situación del empleo se encuentra en niveles históricos "nadie puede estar contento con un 32 por ciento de los trabajadores no registrados". Por lo que resaltó la próxima incorporación de más inspectores profesionales, pero admitió que sólo con inspecciones no alcanza para acabar con el problema. También realizó algunas autocríticas, como el "fracaso" en la resolución del conflicto de Paraná Metal.
"El trabajo no registrado se esconde en empresas con menos de cinco trabajadores y lo que falta muchas veces es asistencia técnica para mejorar la productividad, porque no están en condiciones realmente de pagar las cargas sociales. Es un problema complejo que llevará tiempo para resolver en Argentina", evaluó.
—¿Cómo evalúa la situación de la crisis que atraviesan los frigoríficos, donde corren riesgos un número significativo de puestos de trabajo?
—Creo que es una pregunta más para el ministro de la Producción. Pero creo que hemos perdido muchas oportunidades, como completar la cuota Hilton. Hay un plan de recuperación de ganado, pero eso no se hace en dos días.
—Por lo que pasó en los últimos días con Aerolíneas Argentinas y con otros casos, sumado a parece que se viene un 2012 con una postura política desde el Estado y desde el empresariado más rígida en cuanto a los márgenes de negociación, hacen presuponer un año de mayor conflictividad laboral. ¿Coincide?
—Creo que habrá más conflictividad en 2012. El Estado nacional está planteando una cierta rigidez salarial, con lo que buscará frenar la inflación aunque no lo diga. Y eso seguramente generará conflictos. Hay siempre una disparidad entre estos topes y lo que dice la realidad de todos los días. La quita de los subsidios llegará a todos y esto influenciará en el dinero disponible también de los trabajadores. Entonces, el conflicto entre el debe y el haber seguramente se multiplicará. Además creo que la Argentina está viviendo una situación especial en la parte sindical, yo diría casi de caos, porque hay una dirigencia sindical que casi no representa a los que tiene abajo o al revés, los trabajadores no se sienten representados, y crean construcciones que no tienen nada que ver con la construcción central. Todo esto plantea un panorama complejo, no sólo a nivel local, sino también a nivel nacional que habría que estudiar más en profundidad para ver cuáles son sus causas. Creo que la falta de renovación sindical es un elemento constitutivo de la reacción de la gente. Tampoco hubo un trasvase generacional.
—¿Qué balance hace su gestión al frente de la cartera laboral?
—Creo que hemos podido concretar una cantidad de cosas que los trabajadores podrán seguir disfrutando en el futuro. La vieja ley de Contrato Laboral permitiría a los trabajadores paralizar el trabajo frente a riesgo grave o inminente, es decir está permitido salvar el pellejo. La dictadura militar abolió esa cláusula, la democracia no la devolvió. Pero en Santa Fe, a través de los comités mixtos se rehabilitó esa posibilidad. Por lo que creo que la ley de comités significa una transformación, tener una agenda enorme de trabajo sobre el trabajo decente que es para cumplir entre tres y cuatro mandatos y las comisiones que la sostienen.
Balance. El ministro, hace una pequeña pausa, piensa un instante, y dispara con otra serie de medidas que considera como positivas de su gestión, como la comisión de igualdad de trato, "que en todo el país era un lugar dedicado casi exclusivamente a la mujer, ya que género era el único tema, a lo que nosotros le agregamos poblaciones originarias, edad, discapacidad". Añade que recién ahora la Nación adopta el mismo esquema.
Cuando se hablaba del mal llamado trabajo esclavo "cuando nosotros hicimos la primera inspección, nos encontramos que no había una norma con la cual actuar, porque la Nación si bien ratificó el convenio de salud y seguridad en la agricultura, nunca lo reglamentó", dijo y señaló que "aún hoy está sin reglamentar". Frente a eso "dictamos una resolución sobre cómo debería ser un campamento e incluso consensuamos con los empleadores, después la copió Córdoba, luego Misiones, y finalmente la Nación y la comisión de trabajo agrario la tomó como base para su propia norma.
—¿Cuáles son las deudas pendientes después de cuatro años de gestión?
—Si quedan deudas, sin lugar a dudas, y una de ellas es el fortalecimiento de las delegaciones del interior de la provincia. Creo que ahí hay una cantidad de cosas para hacer, fundamental, casi indispensable, continuar con las comisiones de trabajo decente para cumplir la agenda que nos impusimos de trabajo. Incluso modificarla, porque una agenda no es un compartimento estanco. También algunas resoluciones de conflictos en los que deseaba otro resultado, positivo, como fue en Paraná Metal.
Hace una mueca con la boca y por la mente se le cuelan otras batallas. Pero cree que de no haber impulsado una línea de defensa del empleo, hubiera habido más de 20 mil despidos en 2009 en la provincia. "Pero sobre todo empresarios, políticos y gremios se terminaron de dar cuenta de la importancia que tiene hoy empleo en el mundo actual", concluyó.
La CGT criticó el “techo” salarial que impulsan las patronales
Desde la Confederación General del Trabajo (CGT) salieron ayer al cruce del “techo” salarial al que pretenden arribar desde las patronales para las paritarias 2012.
El secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, consideró ayer como “muy imprudente” hablar de porcentajes salariales de una paritaria que comenzará “en marzo de 2012”.
Caló respondió así a las declaraciones del presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la Argentina (Adimra), Juan Lascurain, quien sostuvo que los porcentajes de aumentos salariales “para 2012 deben estar por debajo de los logrados este año”.
Lascurain, tras sostener que los empresarios metalúrgicos “hemos incrementado los salarios muy fuertemente en estos años, con pautas superiores al 20% y algunas del 30%”, precisó que “esta vez deberíamos tender a una pauta inferior”.
En ese sentido, Caló sostuvo que “es muy imprudente hablar de porcentajes en los salarios de 2012 de los trabajadores metalúrgicos, cuando recién comenzaremos a discutir en paritarias en marzo”.
No obstante, el dirigente metalúrgico manifestó que en la organización sindical que conduce, “existe una marcada preocupación por la pérdida del poder adquisitivo de los salarios”.
El 18% no alcanza. El secretario general del sindicato Luz y Fuerza, Oscar Lescano, advirtió que “va a ser difícil” firmar en el 2012 acuerdos salariales con subas tope de 18% porque no alcanza para compensar los aumentos de precios, y afirmó que “el que pierde acá es el trabajador con la inflación”.
Lescano estimó que desde que se pactaron los últimos aumentos salariales “ya ahora tenemos una desventaja de 18-20% con los artículos que hacen a la canasta familiar”. También abogó para llegar a un acuerdo para ponerle un tope a la inflación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario