El cartel, que apareció en los principales puntos de la ciudad de Buenos Aires, causó gran impacto. Ninguna agrupación política se atribuye su autoría. No se descarta que forme parte de la campaña sucia para perjudicar a los candidatos opositores al gobierno.
A poco más de un mes de las elecciones presidenciales, después del triunfo contundente de Cristina Fernández de Kirchner en las primarias, no se esperan sorpresas en los comicios generales de octubre: se descuenta un triunfo del oficialismo. No obstante, la campaña a medida que se acerca la fecha de las presidenciales se reacalienta. No sólo los candidatos disparan dardos contra el gobierno sino también empiezan a aparece los afiches anónimos que dinamitan los cimientos de los candidatos. Así fue como Buenos Aires amaneció empapelada con una pegatina de carteles en los que se ve a la jefa de Estado (cuyo apellido figura escrito como "Kircner"), con el socialista Hermes Binner a la izquierda y el puntano Alberto Rodríguez Sáa a la derecha. En el afiche, debajo de las fotografías, aparece la leyenda "el 23 de octubre trabajemos juntos". Y no está firmado. Ninguna agrupación política se atribuye la autoría de la propaganda política informal que inundó las carteleras porteñas. Binner obtuvo un 10 por ciento en las elecciones primarias, viene creciendo en las encuestas, y siempre mantuvo una relación cordial con el kirchnerismo por coincidencias ideológicas (apoyó leyes como la de medios y el matrimonio igualitario). El gobernador de San Luis, por su parte, rompió su acuerdo con Eduardo Duhalde y se presentó por su cuenta como candidato a presidente: consiguó el 7 por ciento. Desde entonces, se lo vio más cercano al gobierno y hasta dijo que votaría por Cristina antes que por su ex aliado. En el afiche ambos candidatos a presidente de la Nación apareen "demasiado cercanos" al kirchnerismo, en un intento, acaso, de perjudicar a los rivales del oficialismo.
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