Rosario ya tiene 3.664 taxis, pero el servicio suma más quejas que elogios

Es más caro que en Mendoza, La Plata y Córdoba, y encima para viajar de noche hay que abonar extra. Para la Municipalidad el sistema es "el mejor del país". ¿Qué dicen los usuarios?.

Al servicio de taxi de Rosario se le podría aplicar el viejo refrán, las cosas son según el cristal con que se miren. Las autoridades lo califican con un bueno, los titulares de las 3.664 chapas habilitadas también pero los usuarios lo reprueban sobre todo después de sufrir plantones bajo la lluvia, de noche o los fines de semana. En lo que va del año se formalizaron 115 denuncias, cifra exigua si se la compara con lo que los rosarinos relatan al respecto en cartas de lectores y programas de radio. Los mayores reclamos tienen que ver con la desaparición de los autos cuando más se los necesita. No por buscar consuelo, pero en Córdoba, Mendoza y La Plata se quejan de lo mismo, con una diferencia: la tarifa es más barata y no es diferencial. "No me parece lo más adecuado ponerle un puntaje al sistema. Sin embargo, no dudaría en decir que Rosario cuenta con uno de los mejores servicios de taxis del país. No es lo de ideal caer en comparaciones, pero basta con ir a otras localidades grandes, como Santa Fe o Córdoba, o hacia otras provincias, para ver la diferencia", explicó el titular de Servicios Públicos, Gustavo Leone. Y descartó de momento la habilitación de nuevas licencias. "Con que cumplan los horarios de trabajo alcanza", dijeron distintos concejales, aunque tres meses atrás el Ejecutivo local aseguró que faltaban 800 peones de taxis; el cálculo tuvo una base práctica: la falta de cumplimiento de los horarios de circulación. Pero la frecuencia no parece ser el único lunar que encuentran los usuarios: prepotencia, falta de cortesía, higiene, velocidad y hasta el típico cambiazo de billetes. Una lista que sigue, aunque nunca termina por identificar al infractor porque no siempre se reacciona a tiempo. Pero a veces, las cosas cambian. El martes pasado una joven pareja hizo pública la situación que les tocó vivir cuando llevaron a vacunar a su bebé de cuatro días. Tomaron un taxi en Entre Ríos al 1600 y cuando vieron una mujer adulta al volante sintieron que habría cierta complicidad maternal. "¡Que iría con más cuidado!", dijo Fernanda asombrada. A tres cuadras la conductora recibió una llamada al celular y comenzó una conversación que después les aclaró era de trabajo. La reciente paternidad de los pasajeros se puso en guardia ante la doble función de la chofer y le dijeron "con respeto" que no debería hablar por teléfono en medio del tránsito enmarañado como el que había al mediodía en esa zona de avenida Pellegrini. Como respuesta, la mujer que rondaba los 50 años detuvo el auto, adujo que se había roto, los hizo bajar y reanudó la marcha inmediatamente. La rapidez no impidió que la pareja, pasmada, anotara la matrícula del automóvil de servicio y relatara el hecho a todos quienes quisieron escucharlos. La situación llegó a oídos del director de Fiscalización de Transporte, José Luis Tournier, quien intervino de oficio y citó al titular de la licencia y la iracunda conductora. Tournier caucionó la licencia por un día y le retiró por dos jornadas el carné relevante a la conductora, quien no convenció a nadie con su descargo. La licencia amonestada es una de las 30 que la empresa Transix obtuvo por licitación en el año 2007, bajo la figura de derecho de explotación mediante la que se adjudicaron las últimas 500 chapas para el servicio. "El descargo no fue convincente", explicó Tournier. ¿Por qué bajó a los pasajeros? ¿Hay sensación de impunidad entre los taxistas? Más aún ¿sirve denunciar los hechos?. En falta. La pregunta no es retórica si se tiene en cuenta la edición de LaCapital del pasado 7 de enero. "Los taxistas rechazaron los controles municipales por la cantidad de horas de trabajo y las respectivas sanciones por incumplimiento, además anunciaron una movilización, aseguraba la crónica.    Una manera un tanto áspera de comenzar el año que hasta incluyó 100 sanciones por falta de vehículos durante los últimos 15 días de 2010.    Veinte días más tarde hubo un nuevo control: que los taxis usaran el aire acondicionado. Pero la temperatura subió más aún: los choferes dijeron que los dueños no los dejaban refrigerar el auto para ahorrar nafta.    Como contrapartida, en abril los taxistas ya pedían aumento de tarifa. En paralelo, y frente a reclamos por fallas en el servicio, la Municipalidad puso en marcha un registro de peones con un curso intensivo de capacitación. Según se explicó faltaban 800 puestos a fin de cubrir todos los turnos. Radiografía. En la actualidad hay 3.664 chapas de taxis habilitadas de las cuales 500 fueron otorgadas en 2007 bajo el régimen de derecho de explotación, lo que implica estar en la calle durante las 24 horas. Las 3.164 restantes deben circular un mínimo de 16 horas diarias.    ¿Cómo cumplir con ese horario? En la última discusión que dio el Concejo por el 20 por ciento de aumento de las tarifas se cuestionó que los choferes estuvieran 12 horas al volante sin que a nadie indignara la transgresión laboral. Desde Servicios Públicos dijeron que la obligación “se refiere a las licencias, no a los titulares, que deben respetar la cantidad de horas que un peón puede trabajar”.    A la fecha hay 6.690 choferes inscriptos para el servicio, de los cuales 1.665 son titulares y 5.025, relevantes. El sistema se completa con 12 agencias de radiollamadas. Al último aumento lo precedió un paro que dejó a pie a miles de rosarinos. Así se llevó la bajada de bandera a 5,16 pesos y la ficha a 26 centavos (prestación diurna) y 5.76 y 0.28 (servicio nocturno).    La cifra se obtuvo analizando costos fijos (salario, cargas sociales, amortización del vehículo, renta, seguro e impuestos, patentes y tasas). Además de ítems variables (combustible: 92 y 8 por ciento, GNC y gasoil, mantenimiento y neumáticos). Los valores ponen a Rosario por encima de ciudades de similares perfiles (ver infografía). Pendiente. Para el concejal de Encuentro por Rosario, Fernando Rosúa, “faltó sinceramiento como la verdadera rentabilidad y las horas de trabajo de los peones”.    “Si trabajaran 8 horas estarán más descansados y lo van a notar los pasajeros”, dijo Rosúa a tono con las demandas de los usuarios. El edil, vicepresidente del Ente del Transporte de Rosario, coincidió en el bochazo que pusieron los rosarinos a la frecuencia del servicio. Aunque diferenció la nota para la calidad de la prestación, “ahí va un siete”, aseguró.