Según comentó un periodista radial de la sureña ciudad santafesina, quienes cargaron el cajero que el Banco Galicia tiene en Córdoba al 1800, se olvidaron de un detalle: cerrar la puerta por donde se introducen los billetes que luego entrega el aparato.
Una alarma comenzó a sonar y la policía se acercó rápidamente al lugar. Resultó que la puerta, al quedar abierta, comenzó a azotarse y se disparó el dispositivo de alerta. Ésto salvó al cajero de ser desvalijado por algún “amigo” de lo ajeno.
Según datos policiales no faltó ni un sólo peso del aparato.
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