El futuro presidente del PS lo dijo en referencia a la emergencia hídrica. Además, apostó por el diálogo y por fortalecer el Frente Progresista. “La ex presidenta dinamitó tantos puentes que es muy difícil poder llegar a un acuerdo”, dijo Bonfatti.
Diario UNO |
El martes pasado el Partido Socialista definió una lista única para renovar sus autoridades. Esa nómina va a estar encabezada por el exgobernador y actual presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Antonio Bonfatti, quien recibió a Diario UNO en su despacho para hablar de la actualidad de su partido, la provincia y la Nación.
—¿Cómo define la actualidad del Partido Socialista y cuáles son sus objetivos cuando asuma como presidente?
—Este año cumplimos nada más y nada menos que 120 años de su fundación, el 28 de junio. Es un partido donde ingresó mucha juventud en todo el territorio nacional y es un partido que debe, como todos, adecuarse a tiempos modernos. Cambió la forma en que la gente se relaciona y los partidos políticos, como organización compleja, somos los que más percibimos y sentimos esta necesidad de aggiornamiento. No tiene que flexibilizar sus principios, al contrario, tiene que seguir con las líneas fundantes que nos legara Juan B. Justo, en 1896. Pero sí necesita flexibilidad en cuanto al abordaje porque hoy la población segmenta la forma de participación. También debemos seguir incursionando más en el diálogo con la población. Por otro lado la necesidad que tenemos de ocupar un espacio que hoy está abierto en el país, que es el de la centro izquierda. Para eso hay que convocar a otros actores, sean de la política o no, que confluyamos en un proyecto y que podamos en base a pequeños matices, poder abordar la nación en su conjunto.
—El presidente Macri y su gobierno ocupando un perfil de derecha bien marcado; por otra parte volvió la expresidenta y propuso un frente ciudadano. ¿Con cuál se sentiría usted más cómodo?
—Con el espacio de centroizquierda que planteamos los progresistas, el Partido Socialista y todas las organizaciones afines con las que hemos construido con mucha debilidad en la última etapa porque hubo muchos referentes que en 2014 eran candidatos a presidente y abandonaron el espacio. Pero el espacio sigue vigente. No coincidimos ni con el autoritarismo ni con la forma en que la expresidenta llevó adelante su gobierno. Dinamitó tantos puentes que es muy difícil poder llegar a un acuerdo, más allá de que hemos reivindicado la acción política y el Estado, pero no la forma en que lo ha hecho. Negando al otro, tratando de imponerle al otro las cosas. Así no se construyen las cosas.
—Y cómo evalúa a la otra figura política nacional, el presidente Mauricio Macri, en sus primeros meses de gobierno. ¿Cuáles fueron sus aciertos y sus errores?
—Lo positivo es el diálogo, su equívoco cuando pretende designar por decreto dos ministros de la Corte y decide rectificarse y enviar el proyecto de ley. Lo negativo son las cuestiones objetivas que vemos todos los días. El Observatorio Social de la Iglesia está hablando de un crecimiento de la pobreza de un 29 a un 34,5%, 350 mil indigentes; haber tomado medidas para favorecer a seis multinacionales de la minería; lo que ocurrió con las retenciones al maíz, la forma en que se levanta el cepo y la política cambiaria con sus repercusiones en los precios sin medidas para evitar la cartelización de los supermercados que anticipadamente habían incrementado los precios. El tema de las tarifas fue tremendo. Santa Fe, de tener un presupuesto de 1.000 millones de pesos para comprar energía pasó a $4.800 millones. Eso es inaudito, no tiene antecedentes. Eso se debe hacer de forma gradual, abordando cada una de las situaciones de lo que es la complejidad del interior. Creo que tienen una mirada extremadamente porteña reflejada en una ciudad como Buenos Aires que paga tarifas irrisorias. Santa Fe tiene 139.000 kilómetros cuadrados contra 202 kilómetros cuadrados que tiene la Capital Federal. No se entiende al interior, no se entiende la productividad del interior por parte del gobierno nacional. Y la mayor muestra es lo que pasa con la cuestión climática.
—Cómo analiza la reacción del gobierno nacional ante la emergencia hídrica de Santa Fe?
—Todavía están dormidos. No se dan cuenta de lo que significa una cuenca lechera que tiene el 80% de los tambos bajo agua. Lo que va a suceder con la próxima cosecha de maíz y soja, con pérdidas enormes va a afectar también las arcas fiscales de la Nación. Además va a comprometer a las provincias de la zona núcleo porque esa merma en el ingreso de dinero va a repercutir, y ya lo está haciendo, en el comercio y fundamentalmente en los trabajadores.
—¿Esto está tallando en la relación que puede tejer el gobierno provincial con el nacional?
—Si no hay acciones concretas, la propia gente le va a hacer sentir al gobierno nacional que esté atento, abra los ojos y esté atento a los santafesinos.
—¿Usted plantea que ante tamaño desastre la respuesta tiene que ser directamente de la Nación?
—Obviamente. Hay un fondo en el presupuesto de la Nación que es de muchos millones de pesos y que es dinero de las provincias para que frente a circunstancias extremas como estas la Nación es la que tiene que estar asistiendo. Se llaman Obligaciones del Tesoro.
—Hubo críticas a los diputados nacionales socialistas porque votaron a favor del acuerdo con los fondos buitre, ¿cuál es su postura personal sobre el tema?
—Nadie dijo no votar. No encontré a ningún legislador de los que después decían que votaron negativamente que digan que no había que arreglar. Es cambiar una deuda por otra. Pero era imposible no arreglar habiendo sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos que era irreversible para nosotros. Nosotros no le estamos dando un handicap al gobierno, sino que le damos el handicap a la Nación Argentina. La expresidenta, con el relato de “Patria sí, buitres no” terminó no arreglando y miren dónde terminamos, con cuántos millones más y con la maquinita del taxi que sigue dando vueltas, porque los intereses siguen corriendo.
—¿Qué le parecieron los primeros meses de Lifschitz en el gobierno?, ¿hay algo que no le guste?
—Miguel está llevando adelante el Plan Estratégico Provincial donde hay un diseño de políticas macro que tienen que ver con las escuelas, con la educación, con la salud, con los hospitales, con los acueductos, con el sector productivo. Es una provincia ordenada que hoy está calificada como la mejor de Argentina con A++. Esa fue la calificación que recibimos antes de irnos del gobierno por parte de los organismos que califican para la toma de crédito; ganamos el juicio contra la Nación por la detracción del 15% de la coparticipación, el juicio con la Afip y eso nos coloca en una situación mucho mejor de la que estábamos, con diálogo. Ahora tenemos que afrontar este tema del temporal que es tremendo y que va a demandar muchos recursos de la provincia. Pero Miguel se está asentando y hay que darle un tiempo.
—En materia de seguridad usted había empezado a transitar algunos caminos que hoy se están desandando. ¿Cree que Lifschitz se equivoca?
—Lo dirá el tiempo. Creo que habría que haber seguido con ciertas políticas por el conocimiento durante años de lo que fuimos construyendo. Pero el tiempo lo dirá y ojalá que tengan razón y puedan resolver este tema. Entendemos que será en forma gradual porque esto no se resuelve de un día para el otro porque estamos hablando de personas y no se les abre la cabeza para ponerles un chip para que cambien. Son cambios que requieren tiempo. El 911 no se inventa de la noche a la mañana; las cámaras de seguridad tampoco. Ahora tienen la posibilidad de inaugurar lo que licitamos, adjudicamos y empezamos a pagar que son las comunicaciones encriptadas, digitalizadas por parte de la policía. Se va concatenando un proyecto con otro.
—¿Cómo está la convivencia en el Frente Progresista?
—En la última reunión que tuvimos quedamos en buscar la institucionalidad del Frente, así que vamos a avanzar en ese sentido.
—¿La cercanía que logró José Corral con Macri incomoda en el seno del socialismo?
—Es una decisión que toma un sector del radicalismo. Pero para nosotros lo importante es fortalecer el Frente Progresista en la provincia.
—¿El año que viene va a jugar electoralmente?
—Para el año que viene falta un montón y no lo decido yo, lo define mi partido y luego el frente en el que está mi partido.
—Pero si el partido se lo pide, ¿usted sería candidato a diputado nacional?
—Falta mucho, hoy estamos discutiendo un presente que es más importante. Puedo seguir siendo diputado cuatro años, ¿por qué tengo que jugar electoralmente?
—Pero usted fue el mayor elector en la provincia en 2015, tal vez su partido lo necesita en 2017.
—Veremos. Eso lo resolveremos orgánicamente. Nunca adopté una decisión personal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario