Un grupo de vecinos beneficiarios del programa en el barrio Nueva Esperanza Este se agruparon para poder obtener tarifas más bajas en materiales. Así logran ahorrar y poder terminar su vivienda.
Diario UNO |
Un grupo de santafesinos que fueron beneficiados con el Programa de Crédito Argentino se unieron para poder llevar adelante la construcción de sus viviendas. Organizados se dedicaron a buscar precios de todos los materiales que necesitaban comprar. De esa manera abarataron costos en varios elementos, como pinturas, aberturas y electricidad. En esta misión, Facebook sirvió para contactar a los beneficiarios que adquirieron sus lotes en la zona del barrio de Nueva Esperanza Este.
La idea de crear el grupo surge antes de que Mariela Figueroa ganara el Procrear. “Como yo soy sola y tengo un sueldo muy bajo me dije que tenía que crear algo para abaratar costos”, cuenta la mujer que se encuentra en las últimas etapas para poder terminar su vivienda propia.
Si bien el objetivo principal era crear una cooperativa, el principal obstáculo al cual se enfrentaba Mariela era que no conocía a nadie, y en ese aspecto la tecnología colaboró a sortear ese inconveniente.
Computadora en mano esta emprendedora decidió crear un grupo en la red social llamado “100 lotes barrio Nueva Esperanza Este”, el nombre se debe a que se trata del plan Mi Tierra, Mi Casa, a través del cual el gobierno adjudicó solo cien lotes.
“Si llego a salir ganadora hago un Facebook, y eso hice en octubre del año pasado cuando me enteré que había salido adjudicada”, recuerda Mariela.
De ahí en más todo se dio de manera natural. De a poco todos los que comenzaban a diseñar y construir el sueño de la casa propia empezaron a conocerse. “Esto nos permitió entrar en contacto y que algunas empresas también se sumaran al Facebook y pasaran presupuestos”, relató.
Si bien hay un total de 77 familias que cuentan con el terreno aprobado, en la actualidad solo son 45 las que están construyendo.
Si bien hay un total de 77 familias que cuentan con el terreno aprobado, en la actualidad solo son 45 las que están construyendo.
Ahora, por ejemplo, utilizan el sistema de mensajería de Whatsapp, por medio del cual se comunican permanentemente, ya sea por temas vinculados a la seguridad, compra de materiales o cualquier otra temática. “Vamos recomendando gente y de esa manera el constructor nos da una atención, la idea es abaratar costos”, explica.
“Ahora nos estamos organizando con el tema de la electricidad, tenemos a un conocido que nos vende todos los elementos que necesitamos. Cada uno pasa la lista de materiales que necesita y en base a eso se elabora un presupuesto. Si el plafón de la luz sale 500 pesos, como somos muchos, nos termina cotizando a 350 pesos”, ejemplificó Mariela.
De esa forma todos los integrantes del grupo consiguieron aliviar el peso sobre el bolsillo. En el caso de Mariela, esto se sintió y mucho ya que le otorgaron un crédito de 270 mil pesos. “A mí me sirve. Lo que yo hago es surfear. Por ejemplo, yo contraté el proveedor de mano de obra, vamos buscando precio porque no es lo mismo contratar una empresa que tiene el contratista, que a su vez contrata. A mí me pasó puntualmente con los tapiales, me salían una fortuna”, aseguró.
Preocupada porque el tiempo pasa y el dinero se termina, decidió buscar una solución para poder cerrar su nueva casa. “Busque un albañil, excelente, pero que trabaja solo y me salieron 6.000 pesos menos los tapiales”, aseguró.
Los datos en el grupo se comparte entre todos, es así que el mismo albañil que realizó los tapiales en el terreno de Mariela, terminó realizando más trabajos entre los integrantes del grupo.
“Reunir mucha gente es complicado, pero estamos todos unidos. La verdad es que estamos asociados en beneficio de todos. No es solo para uno, y yo me salvé”, recalcó la mujer.
“Reunir mucha gente es complicado, pero estamos todos unidos. La verdad es que estamos asociados en beneficio de todos. No es solo para uno, y yo me salvé”, recalcó la mujer.
Otro de los elementos en los que pudieron conseguir un buen descuento fue en las aberturas. La vecina asegura que todas se hicieron con la misma fábrica. Con esta metodología lograron ahorrar un 10%. “Si uno se pone a pensar, en 25 mil pesos son 2.500 pesos, es plata”, subraya.
El tiempo y los costos muchas veces no acompañan a los que dependen del crédito Procrear ya que en ocasiones los productos que necesitan sufren subas constantes. “No es fácil, es lógico. Nosotros sabíamos que iba a ser así. Pero los materiales aumentan constantemente. Unos 1.000 ladrillos, hace dos meses y medio salían $1.400. Ahora rondan los $1.600 o $1.800 pesos, todo aumenta. Por eso esto a nosotros nos sirve para comprar, elegir el lugar y vamos tirando los datos por el Whatsapp que es lo más cómodo”, recalcó Mariela.
Planes a futuro
La idea de los integrantes de este grupo, una vez que ya estén instalados en sus nuevas viviendas, es poder conformar una asociación al estilo vecinal para realizar los reclamos y mejoras que ya tienen en una lista en la cual ya figura como tema central el transporte.
“La idea una vez que estemos instalados es gestionar transporte, ir satisfaciendo las necesidades que van a ir surgiendo. El transporte es fundamental; el gas natural es otro tema. Cuando tuvimos una reunión con el intendente nos explicó que la cooperativa Setúbal, que es la que corresponde, tiene que ampliar la infraestructura para poder dar el servicio”, sostuvo.
Los vecinos son conscientes de que este proceso podría llevar no menos de dos años. Estas son cuestiones que se irán gestionando una vez que todos estén instalados en el lugar. “Lo importante es que todos nos conocemos y estamos conectados”, destacó Mariela.
La unión hace la fuerza y gracias a esto las familias que forman parte del grupo pueden ver cómo su casa está casi terminada. “Somos toda gente laburadora, a la que no le cae del cielo nada, gente que quiere pagar y hacer las cosas como corresponde. Por eso nos organizamos para poder ayudarnos entre todos, nos comunicamos todos los días y continuamente”, finalizó.
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