Plaza Homero Manzi. En Salvá al 5900 de Rosario, los puesteros respondieron a las quejas y aceptan una regularización. "Vienen acá del Mercado Retro y después revenden allá", señalaron.
La Capital |
A casi un mes de la nota elevada al Concejo Municipal donde los vecinos de la plaza Homero Manzi cuestionaban el funcionamiento de La Saladita, LaCapital recorrió ayer la feria en la que los puesteros aceptan una regularización municipal, piden no ser perseguidos por la Intendencia y afirman que muchos feriantes del Mercado Retro (Wheelwright y Pueyrredón) "compran y luego revenden con altos precios". Incluso señalaron que cuando van a comprar la indumentaria que adquieren en La Salada de Buenos Aires "en el colectivo están muchos comerciantes de calle San Luis".
Vecinos del barrio Saladillo Sur presentaron un escrito en el Concejo Municipal en el que solicitaron la inmediata intervención del cuerpo para poder recuperar la plaza Homero Manzi (situada entre las calles Salvá, Rui Barboza, avenida Bermúdez y Lainez) y que todos los sábados, domingos y feriados es copada por la feria llamada La Saladita Sur.
Según advirtieron, en esa feria se venden productos de "dudosa procedencia", para enumerar: celulares robados, medicamentos de uso hospitalario, leche de planes sociales, chalecos antibalas, armas y municiones.
Los ediles se comprometieron a tomar nota. Incluso se generó un expediente que recayó en la comisión de Gobierno del cuerpo deliberativo. A casi 30 días, prevalece la tensión entre vecinos y feriantes.
Los primeros exigieron la "desocupación y remodelación integral de la plaza", mientras que los puesteros están en pie de guerra en defensa de lo que ellos subrayan es una fuente de ingresos imprescindible para muchos hogares. "Y encima nos roban las chatas cuando traemos la mercadería", se quejó un feriante.
Elisa hace 6 años que vende ropa nueva y usada. Ahora es jefa de hogar y no encuentra reparos en que la Municipalidad regule los puestos y hasta incluso cobre un canon. La mujer quien dijo recaudar de 250 pesos para arriba por día también no dudó en señalar que "los comerciantes que se quejan, muchos viajan conmigo a comprar ropa a La Salada".
Mercedes es una "histórica" de la plaza Homero Manzi. Está allí desde hace 14 años con su puesto de ropa usada por lo que genera unos 1.500 a 2.000 pesos por fin de semana. La mujer negó rotundamente que se venda mercadería robada, "y tampoco hay armas, porque siempre vienen la GUM y está Gendarmería", pero desnuda algunas transacciones entre ferias. "Nosotros sostenemos Mercado Retro porque compran acá y revenden como la campera motoquera que me compraron a cien pesos y vendieron a 800 en el centro", recordó.
Otros comerciantes se enfadaron por la "mala fama" de La Saladita y apuntaron contra otros lugares como Roullión y Seguí (Feria del Ecualiptus), Roullión y Maradona (Del Tanque) en Cabín 9 y Empalme Graneros. "Acá sí que hay un control", dijeron a coro.
"Queremos que nos dejen trabajar, si quieren pagamos un canon", lanzó otra mujer. Las historias de los feriantes se van hilando en la recorrida. Como la de Ela, de nacionalidad peruana que ayuda a su marido retirado de Gendarmería porque la jubilación no les alcanza.
O la de Angélica que trabaja como doméstica por horas y lo que recolecta de ropa usada la vende en la feria. "Es una ayuda que te zafa en la semana porque con el laburo no alcanza", dice mientras transpira por el calor.
La de ayer fue una postal diferente a otras jornadas. La alta temperatura y el fin de mes alejó a los clientes y dejó a los puesteros más raleados. Los rubros que más se repetían eran los de ropa de niños y adultos, alimentos envasados sueltos, macetas, linternas, artículos de ferretería, productos de limpieza, fertilizantes para plantas y hasta disfraces infantiles.
Leche. Tras las denuncias de comercialización de leches entregadas por el Estado, La Saladita estalló con un sinnúmero de quejas. "Hay gente que le dan la leche en los dispensarios y por ahí los chicos no la toman y la venden para volver a comprar otra. La GUM se las lleva, cuando en realidad hay mamás que las venden para comprar pañales", dijo una señora, mientras otra aceptó que las compra en la feria.
"Dicen que somos delincuentes, que vendemos cosas robadas, cuando la GUM y Guardia Urbana nos controla", dijo una feriante que hace más de una década que asiste.
¿Porqué creen que los vecinos denuncian?, preguntó LaCapital ."Porque la Municipalidad no saca un mango de acá y quieren poner gazebos para sacar plata", comentó otra histórica. "Y de última sinos tenemos que ir de acá porque quieren mejorar el espacio, está todo bien no me voy a poner en contra del barrio, pero que nos den un lugar para trabajar", se agregó otra mujer en referencia a un proyecto de mudanza al Parque Regional Sur. Las quejas y denuncias entremezclan relatos de casos sociales de los más variados, como lo que ofrece La Saladita.
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