Desde la Unión de Usuarios y Consumidores hicieron hincapié en la necesidad de ampliar los lugares de distribución. Los vendedores aseguran que el nivel de ventas se sostiene.
Autor:Manuel Testi - Indispensables. Con la llegada de las bajas temperaturas, la demanda de las garrafas aumenta en gran proporción.
El acceso a la garrafa social en el territorio de la capital provincial es algo que preocupa, más cuando es el único medio que los sectores de bajos recursos emplean para poder abrigarse y cocinar durante la época más fría del año.
En el radio de la ciudad de Santa Fe sólo existen dos bocas de expendio que comercializan la garrafa (cuyo costo desde 2008 es de 16 pesos, un precio popular subsidiado por la Nación para que puedan adquirirla familias de bajos recursos), por lo cual su acceso se vuelve difícil. Largas colas en los depósitos y los gastos de traslado, encarecen sobremanera el costo social.
En diálogo con Diario UNO, María Laura Mayoraz, titular de la Unión de Usuarios y Consumidores de Santa Fe, recalcó la necesidad de ampliar los ámbitos de distribución a vecinales, centros comunitarios y dependencias del gobierno provincial o municipal.
“Una mujer no puede cargar con una garrafa de 10 kilos en un trayecto de seis cuadras; yo he visto a chicos cargando garrafas en carretilla con el riesgo para la vida que eso implica. Pero la gente no lo reclama, inclusive en su momento estuvimos trabajando en el tema y las distribuidoras que las tenían que vender a 16 pesos, a su vez la revendían a otros negocios y la cobraban carísima”.
Mayoraz recalcó que este tipo de prácticas es totalmente habitual en este ámbito. La falta de control por parte de las distribuidoras colabora para que sucedan estos abusos.
La titular de la entidad enfatizó la necesidad de contar con reclamos reales por parte de los usuarios, pero la falta de información, el temor y la necesidad hacen difícil que los santafesinos se acerquen a los organismos correspondientes a realizar las denuncias.
Por falta de conocimiento o porque les sale más caro tener que trasladarse hasta al centro a hacer una denuncia por lo que les sale que pagar la garrafa, son pocos los que acuden a reclamar de manera formal. En caso de querer registrar la queja, los interesados deben dirigirse a una asociación de consumidores o a la Dirección de Comercio Interior.
La Unión de Usuarios y Consumidores viene trabajando sobre esta temática desde 2008, a pesar de los esfuerzos y por cuestiones de temor nunca se logró que la gente llevara adelante las denuncias sobre los abusos que se cometen.
“Hay temor de que el comerciante después no le venda la garrafa o que el almacenero por otro lado le deje de fiar. Es mucho el temor por parte de la gente y por eso prefiere no meterse”.
Las garrafas sociales no cuentan con ningún tipo de señal que colabore a distinguirlas, por lo cual es imposible diferenciarlas.
Los locales
Desde una de las bocas de expendio confirmaron a Diario UNO que el nivel de ventas se mantiene con relación a años anteriores, sin embargo el público que se acerca al depósito no evidencia ser gente de bajo recursos. El comerciante consultado señaló que la distancia es el factor que contribuye a que esto sea así. “La gente de bajo recursos la compra en un quiosco, no va al depósito a comprar una garrafa. Siempre fue así y siempre funcionó mal”, señaló el comerciante.
A pesar de que el precio de la garrafa social es de 16 pesos, desde el comercio confirmaron que la mayoría de los clientes se comunica vía telefónica para solicitar el envío del producto. Con esta metodología, el costo de la garrafa asciende a 60 pesos. El costo social se mantiene solo en caso de que el cliente se acerque al depósito.
“Las garrafas están todas subsidiadas, el tema es que es obligatorio venderla a 16 pesos en el depósito. Cuando uno la lleva a domicilio no tiene precio máximo, porque yo estoy poniendo el vehículo, los empleados, los gastos de combustible, riesgo y seguros y no tiene un precio máximo”, aclaró el comerciante consultado.
“El tema es que generalmente el que la viene a buscar, no es gente de bajos recursos. Llegan siempre en auto a buscarla, es más la gente que se acerca en auto que la que uno ve en bicicleta”, agregaron.
Desde 2008
A instancias de la cartera de Energía, en septiembre de 2008 se suscribió un acuerdo de estabilidad de precios del gas en garrafas (butano y/o mezcla) de 10, 12 y 15 kilogramos entre las empresas productoras, fraccionadoras, distribuidoras y comercializadoras de gas licuado, con la Federación Argentina de Municipios. Los precios acordados incluyen el importe del IVA.
El valor de las garrafas se había disparado a mediados de 2008, cuando algunas empresas llegaron a cobrar hasta 40 pesos por una carga de 10 kilos. Para poner freno a esos aumentos desmedidos, la Nación estableció un sistema de precios regulados con subsidios para los distintos eslabones de la cadena del GLP. Estas tarifas al consumidor contienen un subsidio estatal habida cuenta de que el gas en garrafas es una fuente de energía utilizada por los sectores con menores recursos.
DIARIO UNO.
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