Miles de fieles participaron de la tradicional misa.
Autor:Javier Escobar - Miles de fieles participaron de la tradicional misa.
Autor:Javier Escobar - Miles de fieles participaron de la tradicional misa.
Autor:Javier Escobar - Miles de fieles participaron de la tradicional misa.
En una tarde donde el clima era ideal, miles de fieles santafesinos vivieron con alegría el mensaje que se brindó durante la 115ª Peregrinación a la Basílica de Guadalupe. Ya en horas de la mañana podían observarse largas colas de fieles que deseaban entrar al camarín de la Basílica. En una fiesta que no distingue edades, podía verse cómo tanto jóvenes como adultos se dedicaban a la paciente espera de la llegada de la Virgen de Guadalupe.
Eran las 15.30 cuando la procesión comenzó a desfilar por las inmediaciones de la plaza Padre Edgardo Trucco, los fieles asistieron al ritual saludando emocionados con sus pañuelos a la Virgen Madre. Momentos antes de las 16, José María Arancedo daba inicio a la ceremonia esperada por todos los creyentes allí presentes.
En un mensaje cargado de emotividad y esperanza, la máxima autoridad de la Iglesia agradeció la presencia de los fieles presentes al mismo tiempo que llamó a renovar la gratitud y el reconocimiento a la Virgen, como instrumento de fortalecimiento de la Fe y camino a seguir. El arzobispo recordó el lema bajo el cual se organizó la procesión y pidió a todos los presentes comprometerse a ser parte activa en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y en paz.
En relación a la situación que atraviesa hoy la sociedad santafesina, Arancedo agregó: “Traemos a Guadalupe este drama de una sociedad enferma y lo hacemos oración confiada a los pies de nuestra Madre, a ella le pedimos que nos acompañe para ser testigos valientes en este mundo de los valores de la vida y la paz, del trabajo y la justicia, de la honestidad y la ejemplaridad, que son la fuente segura de una sociedad más humana, justa y solidaria”.
A modo de cierre, el arzobispo pidió a los misioneros a vivir y transitar el Evangelio, recordando el pedido del Papa Francisco, convertirse en evangelizadores de la palabra de Dios. “Queridos hermanos, cuando volvamos a nuestras casas y a nuestras comunidades llevemos como fruto de esta peregrinación a Guadalupe este mensaje, que hoy les recuerdo, el de ser “piedras vivas” en la Iglesia. Este será el mejor regalo y homenaje que le podemos hacer a nuestra Madre, es lo que ella espera de sus hijos”, finalizó Arancedo.
La solidaridad presente
Pegado a la Basílica podía observarse apostado el camión de Cáritas. En diálogo con Diario UNO, Silvia Tacca, subdelegada del decanato e integrante de Cáritas La Merced, manifestó su agradecimiento a todos los santafesinos que se acercaron para colaborar con las familias más necesitadas. “Realmente la gente colaboró mucho, en esta oportunidad se pedían alimentos, calzados, pañales, leche y ropa de niños y bebés. En dos días de campaña se logró una buena respuesta de la gente”, señaló la integrante de Cáritas.
La mercadería donada será distribuida entre las familias de las siete parroquias que integran el Decanato Sudoeste, entre las que figuran: Santa Rosa de Lima, San José Obrero, San Antonio, Cristo Obrero entre otras.
Emergencia
Carpas de la Cruz Roja, ambulancias del 107 y personal del Cobem estuvieron abocados a la atención médica de las personas que sufrieron desvanecimientos o algún tipo de golpe. “Está a punto de finalizar la misa y tenemos a 220 personas asistidas, casos típicos de lipotimia y desmayos”, recalcó Carlos Cejas, quien estuvo al frente del equipo de Cruz Roja. El operativo se realizó en conjunto con médicos de salud de la Municipalidad, personal del 107 y el Cobem. Un total de 160 voluntarios de Cruz Roja estuvieron dispuestos durante dos días, mientras que en el transcurso de la misa central más de 80 personas se dedicaron a asistir a los presentes que solicitaban ayuda.
DIARIO UNO.
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