Sabaleros y Xeneixes empataron
sin abrir el marcador. Colón mostró su habitual solidez pero molestó muy
poco en ofensiva. Con el empate sin goles, se desprende un poco más de
la zona de descenso y, a su vez, se mantiene expectante a sólo dos
unidades del puntero.
Diario UNO |
Era
una fecha a pedir de Colón, ya que sus rivales directos en la lucha
–primordial y única– por mantener la categoría volvieron a no sumar (a
excepción de Argentinos Juniors, pero es el que está más lejos), con lo
cual una victoria ante el Xeneize le permitía estirar aún más la ventaja
con sus competidores. De todas maneras, el equipo entendió también que
un empate no era un mal resultado, máxime si tenemos en cuenta que se
trata de un grande y que cuenta con jugadores de gran jerarquía.
Como
era de esperarse, el dueño de casa apostó a esperar en campo propio,
con un 4-5-1 plantado a raja tabla con el fin de golpear de contra
aprovechando los espacios que seguramente dejaría su rival. Boca, por su
parte, tenía la obligación de ser protagonista para gastar sus últimos
cartuchos en pos de no quedarse fuera de la pelea.
Pero el 4-4-2 que implementó Bianchi no dio resultados, porque, pese a tener el dominio del balón, no generó prácticamente ninguna chance de riesgo para el arco defendido por Montoya, jugando por momentos hacia los costados y careciendo de profundidad.
Si bien es cierto que Osella improvisó a Meli como lateral derecho, Boca sólo en cuentagotas abrió la cancha por ese sector. La primera clara la tuvo Graciani con un disparo desde afuera del área que se fue muy cerca del travesaño de Orión. También Luque casi grita el primero de la noche fría de Santa Fe luego de un yerro de Grana, pero su disparo fue bien desviado por el golero visitante.
En un abrir y cerrar de ojos, el juego cayó en un pozo pronunciado, hasta ordinario por las imprecisiones constantes y la falta de claridad de ambos equipos. Cuando nada pasa, a los 30’ Gigliotti pudo enmudecer el Bridagier López con un buen cabezazo, tras el centro de Martínez, pero se encontró con una buena respuesta de Montoya. En el momento que el primer acto llegaba a su final, Jacobo Mansilla ejecutó un formidable tiro libre que dio el travesaño en lo que pudo ser la apertura del marcador.
De esa manera se fueron al descanso, dejando una pobre imagen futbolística y que era muy necesaria cambiar en el complemento si alguno de los dos pretendía quedarse con los tres puntos. El arranque del segundo tiempo mostró un Boca más protagonista con el ingreso de Luciano Acosta para darle más juego al equipo resignando un volante de marca como Federico Bravo.
En el primer cuarto de hora fue notoria la superioridad del Xeneize que jugó en campo rival, ante un elenco sabalero demasiado replegado que no podía tener ni un segundo el balón. El conjunto dirigido por Carlos Bianchi generó alguna que otra situación peligro como un cabezazo del Burrito Martínez que controló el arquero cordobés.
Frente a este panorama, Osella metió mano en el equipo para que Boca no se le viniera encima y pudiera adelantarse algunos metros. De esta manera imitó a Bianchi e incluyó un enganche como Matías Sosa para sacar a Gerónimo Poblete. La otra variante fue el ingreso de Facundo Curuchet por un Lucas Alario que había pasado desapercibido.
Estas variantes le permitieron a Colón disputar el partido más adelantado y aprovechar alguna contra teniendo en cuenta que el equipo visitante se adelantaba y dejaba espacios en el fondo. La más clara fue a los 21 minutos cuando Meli ingresando por el sector derecho disparó de zurda y el balón se fue cerca del caño izquierdo de Orión.
En el complemento el partido fue de ida y vuelta ante las necesidades que tenía Boca de ganar y el entusiasmo de Colón por meter una victoria que lo deposite nuevamente en la punta del campeonato. Terminó siendo justo el empate ya que ninguno de los dos equipos hicieron los méritos suficientes como para prevalecer sobre el otro. Para Colón significó un punto importante para acrecentar la diferencia con los equipos que vienen abajo y además la satisfacción por mantener la valla invicta aún cuando le faltaron dos jugadores importantes como Alcoba y Castillo. Por todo eso el empate se valora, en el debe sigue quedando la ineficacia para concretar, no obstante por ahora los números están de su lado.
Pero el 4-4-2 que implementó Bianchi no dio resultados, porque, pese a tener el dominio del balón, no generó prácticamente ninguna chance de riesgo para el arco defendido por Montoya, jugando por momentos hacia los costados y careciendo de profundidad.
Si bien es cierto que Osella improvisó a Meli como lateral derecho, Boca sólo en cuentagotas abrió la cancha por ese sector. La primera clara la tuvo Graciani con un disparo desde afuera del área que se fue muy cerca del travesaño de Orión. También Luque casi grita el primero de la noche fría de Santa Fe luego de un yerro de Grana, pero su disparo fue bien desviado por el golero visitante.
En un abrir y cerrar de ojos, el juego cayó en un pozo pronunciado, hasta ordinario por las imprecisiones constantes y la falta de claridad de ambos equipos. Cuando nada pasa, a los 30’ Gigliotti pudo enmudecer el Bridagier López con un buen cabezazo, tras el centro de Martínez, pero se encontró con una buena respuesta de Montoya. En el momento que el primer acto llegaba a su final, Jacobo Mansilla ejecutó un formidable tiro libre que dio el travesaño en lo que pudo ser la apertura del marcador.
De esa manera se fueron al descanso, dejando una pobre imagen futbolística y que era muy necesaria cambiar en el complemento si alguno de los dos pretendía quedarse con los tres puntos. El arranque del segundo tiempo mostró un Boca más protagonista con el ingreso de Luciano Acosta para darle más juego al equipo resignando un volante de marca como Federico Bravo.
En el primer cuarto de hora fue notoria la superioridad del Xeneize que jugó en campo rival, ante un elenco sabalero demasiado replegado que no podía tener ni un segundo el balón. El conjunto dirigido por Carlos Bianchi generó alguna que otra situación peligro como un cabezazo del Burrito Martínez que controló el arquero cordobés.
Frente a este panorama, Osella metió mano en el equipo para que Boca no se le viniera encima y pudiera adelantarse algunos metros. De esta manera imitó a Bianchi e incluyó un enganche como Matías Sosa para sacar a Gerónimo Poblete. La otra variante fue el ingreso de Facundo Curuchet por un Lucas Alario que había pasado desapercibido.
Estas variantes le permitieron a Colón disputar el partido más adelantado y aprovechar alguna contra teniendo en cuenta que el equipo visitante se adelantaba y dejaba espacios en el fondo. La más clara fue a los 21 minutos cuando Meli ingresando por el sector derecho disparó de zurda y el balón se fue cerca del caño izquierdo de Orión.
En el complemento el partido fue de ida y vuelta ante las necesidades que tenía Boca de ganar y el entusiasmo de Colón por meter una victoria que lo deposite nuevamente en la punta del campeonato. Terminó siendo justo el empate ya que ninguno de los dos equipos hicieron los méritos suficientes como para prevalecer sobre el otro. Para Colón significó un punto importante para acrecentar la diferencia con los equipos que vienen abajo y además la satisfacción por mantener la valla invicta aún cuando le faltaron dos jugadores importantes como Alcoba y Castillo. Por todo eso el empate se valora, en el debe sigue quedando la ineficacia para concretar, no obstante por ahora los números están de su lado.
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