El Gobierno aún no logra generar confianza con su política macroeconómica. Y ello se nota en el ánimo de la gente. Así lo registró la última encuesta del Índice General de Expectativas Económicas (IGEE) de la Universidad Católica Argentina (UCA) y TNS-Gallup, que puso de manifiesto cómo creció el pesimismo entre la ciudadanía.
El futuro es lo que produce mayor intranquilidad. Mientras el 84% de las personas considera que los precios continuarán aumentando todo el año, tres de cada cuatro piensa que los próximos seis meses la economía seguirá igual o peor. Este último dato empeora el diagnóstico si se tiene en cuenta que uno de cada dos cree que la economía está mal o muy mal.
En enero, las expectativas económicas cayeron hasta el 3,1 por ciento. Los números dan cuenta del fuerte contraste si se pone en consideración el tiempo. El subíndice que releva la opinión sobre el presente retrocedió 3,6 por ciento; pero la perspectiva hacia los próximos seis meses se desplomó al 7,6 por ciento, según publicó hoy La Nación.
El único dato positivo apareció en la oportunidad para comprar electrodomésticos. Entre diciembre y enero, ese indicador subió al 2,2 por ciento, lo que daría a entender que el consumo de este tipo de bienes supone una presunta huida de la inflación y la devaluación.
En comparación con el año pasado, el derrumbe de las expectativas (índice genera) fue del 5,8%, del 10,3% para el presente y del 10,5% para el futuro. En este caso, el momento para comprar electrodomésticos representó una mejora del 5, 6 por ciento.
El pesimismo sobre el presente se da en todas las clases sociales y segmentos poblacionales. Más pronunciado aparece entre los adultos mayores al alcanza el 55 por ciento, lo que contrasta con la supuesta posición beneficiosa que disfrutan los jubilados y que el Gobierno tiende a destacar. El malestar es superior también entre lo sectores con mayor nivel de educación: 54% en los secundarios y 55%, los universitarios.
Las expectativas sobre los próximos seis meses son muy negativas en todo el territorio nacional, a excepción de la Ciudad de Buenos Aires, donde se registraron posiciones menos polarizadas. El dato es sugestivo, ya que el distrito es un bastión de los votantes opositores al kirchnerismo. En el conurbano y el Interior, la desesperanza es mayor.
El estudio, que consistió en 1012 encuestas de alcance nacional a personas mayores de 18 años, se hizo entre el 17 y el 25 del mes pasado. Significa que el relevamiento logró tomar una pequeña parte del impacto que tuvo en la gente la devaluación: el salto más brusco deldólar fue cerca del cierre del relevamiento, cuando el jueves 23 cruzó la barrera de los 8 pesos.
Infobae.
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