Sabor a poco dejó el discurso presidencial. No despejó dudas sobre el impuesto a la renta financiera ni sobre el juicio con los holdouts. Creen que no habrá ingreso de capitales hasta un cambio de mandato.
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“Fue la mejor ley de mercados que se pudo sacar. Inicialmente, había un abismo entre lo que querían (en el Gobierno) y algo más o menos racional. Por suerte salió algo más moderado. Sin hablar del artículo 20 (aquel que otorga poder de control sobre las empresas), que es realmenteun horror”. Así se sinceró ante Infobae uno de los 12 miembros propuestos para formar parte del directorio en Bolsas y Mercados Argentinos SA (B&MA), quien obviamente, por lo sensible del tema, pidió el anonimato.
Esa es la sensación generalizada que quedó el miércoles por la noche en el 159 Aniversario de la Bolsa de Comercio, que tuvo la presencia estelar de Cristina Fernández de Kirchner y gran parte de su Gabinete.
Obviamente todas las miradas estaban puestas en el anuncio sobre la reforma del mercado de capitales, blanqueo, impuesto a la renta financiera y el juicio con los holdouts. Sólo mencionó el tema de la reforma al mercado; del resto, silencio de radio.
Curiosidades aparte, el Gobierno llegó a reglamentar muy pocos artículos de la ley: de un total de 156, quedaron sin reglamentar 119, según lo publicado en el Boletín Oficial.
Claro, sí quedó reglamentado el artículo 20 que le otorga poder de polícia a la CNV (léase el Ministerio de Economía) para intervenir en las empresas cotizantes.
Más allá de esto, algo medianamente sabido en los pasillos de la Bolsa, lo notable de la velada fueron las ausencias de empresarios y financistas.
Algunos le atribuían el faltazo a la estricta exigencia de acreditación previa para ingresar al recinto. Otros indicaron que el interés por esta clase de eventos, con el Gobierno en campaña y con funcionarios del mercado local sin intenciones de hacer olas (para evitar mayores controles), influyó mucho más.
De hecho, el discurso del presidente de la Bolsa, Horacio Fargosi, fue muy protocolar. No contaron con reclamos históricos de la institución, como el encaje del 30% al ingreso de capitales, el hecho de que por esas políticas el mercado argentino sea considerado “fronterizo” (por debajo de emergente), la alta inflación y el cepo al dólar.
Algunas de estas cuestiones fueron abordadas por su antecesor, Adelmo Gabbi, después de distanciarse del Gobierno.
Lo cierto es que casi sin hombres de negocios (estuvieron José Ignacio de Mendiguren, Eduardo Eurnekian y Eduardo Elsztain), ni muchos presidentes de sociedades de bolsa ni banqueros (Jorge Brito participó en la reunión previa a puertas cerradas con funcionarios), laconcurrencia fue limitada.
No hubo opositores, si bien estaba invitado Mauricio Macri y varios de sus funcionarios. Lo más opositor que asomó por 25 de Mayo y Sarmiento fue Luis Etchevehere, de la Sociedad Rural Argentina.
La presencia del ruralista, incluso, produjo una incómoda división de aguas en el coctail previo que se hace en despachos oficiales de la Bolsa.
Por un lado, parte del Gabinete económico (Axel Kicillof, Guillermo Moreno, Hernán Lorenzino, Mercedes Marcó del Pont y Ricardo Echegaray); por el otro, algunos agentes de bolsa (básicamente los que serán directores del B&MA) y las autoridades de la Bolsa tratando de unificar voluntades. No pudo ser. Cada grupo por su lado.
Pegó el faltazo entre los hombres del oficialismo el vicepresidente Amado Boudou. Fue el segundo año consecutivo que no participa del evento, luego de que denunciara a Gabbi por “tráfico de influencias” cuando explotó la causa Ciccone.
Sea como fuese, se calcula que en el salón principal donde entran poco menos de 500 personas, en esta oportunidad no había ni la mitad de concurrencia.
La poca gente que arengó fueron “aplaudidores” de la Presidente, que típicamente festejan cuanto dato económico la mandataria suelta a viva voz (que fueron muchos en más de una hora de oratoria). Del discurso de CFK se dijo mucho. Fue uno típico de épocas de campaña política.
Para la City porteña, más allá de los discursos y las promesas, lo que viene son años de cierta precariedad. Relataron personas que formarán parte del nuevo mercado que "no hay incentivos para que se desarrolle el mercado argentino hasta que se vaya el Gobierno actual".
“Van a ser dos años con los mismos problemas, sin ingresos de capitales, sin nuevas empresas. Por lo menos estamos trabajando para el futuro, para cuando Argentina sea más atractiva para los inversores. Eso es un paso”, se conforman.
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