Con un imponente show de León Gieco culminó la quinta edición del festival de música más convocante de la región. Durante dos noches, unas 160 mil personas disfrutaron además de los recitales de Ciro y Los Persas, Gustavo Cordera y 15 bandas locales.
Con los primeros minutos del lunes culminó la quinta edición de Cerveza Santa Fe Música en el Río, el festival más convocante y de mayor crecimiento en la región. Una vez más, quedó demostrado que es uno de los encuentros musicales más importantes, tanto por su propuesta artística, despliegue de producción y convocatoria de público; y que ya se convirtió en una propuesta ineludible y en un fuerte atractivo turístico de nuestra ciudad.
Según los datos oficiales, 160.000 almas fueron testigos y protagonistas de dos intensas jornadas dedicadas a celebrar la música.
La tarde del domingo contó con los recitales de Nitroplan, Toponauta, Gol de Chancho, Chino Mansutti, Tavo Angelini y Experimento Negro en dos escenarios montados sobre la Costanera Oeste santafesina. El cierre de la edición fue protagonizado por un destacado show de Gustavo Cordera y la imponente presentación de León Gieco.
Crecimiento sólido
El éxito cosechado en esta quinta edición de Música en el Río superó nuevamente las expectativas. En este sentido el secretario de Cultura, Damián Rodríguez Kees, destacó que “estamos muy felices de ver que este ciclo se supera año tras año. Para el Gobierno de la Ciudad es un placer poder trabajar con Cerveza Santa Fe, una empresa de la ciudad que aporta no sólo trabajo, sino también cultura. En este encuentro hay un trabajo coordinado entre el Municipio y la Cervecería para que los santafesinos disfruten de un propuesta de altísima calidad en un espacio público como es la Costanera Oeste, un espacio en donde se democratiza el acceso a la cultura”.
Por su parte, el Jefe de Relaciones Institucionales de la Cervecería, Juan Pablo Barrale sostuvo que “la quinta edición de Música en el Río fue un éxito. El recital de ayer debe estar entre los mejores recitales de estos cinco años. 70.000 personas vinieron el sábado y hoy hubo muchas cuadras de cola”.
En este sentido, Barrale destacó que “los santafesinos premian mucho el esfuerzo que hace el Gobierno de la Ciudad, Cerveza Santa Fe, Lotería de Santa Fe, Valmotors, Musimundo y Jerárquicos Salud para armar esto”. Asimismo, dijo que “es un evento único a nivel nacional porque es gratuito y porque los artistas que vienen son de primera línea”.
Tarde de rock
Desde las 17 se concretaron los recitales de las bandas de la región en dos escenarios de manera intercalada, casi simultánea. En este sentido, la apertura de la jornada en el Escenario 2 estuvo marcada por la presentación de Toponauta y continuó con el show de Chino Mansutti, sobre la extensa avenida devenida “campo”. Luego, cuando el reloj ya marcaba las 20 con algunos minutos más, Experimento Negro entró en escena para marcar el cierre de una exitosa jornada.
En el Escenario 1, fue Nitroplan la encargada de abrir la tarde musical con su particular power rock alternativo. Luego la potencia de Gol de Chancho se hizo presente en la escena cuando promediaba la tarde. Fue Tavo Angelini, la reconocida voz surgida de Carneviva, quien se anticipó a los recitales centrales de la jornada con un enérgico espectáculo, acompañado por la sublime voz de Cintia Bertolino.
Caravana mágica
El sol ya había caído y las miles de personas concentradas aguardaban la llegada de las promesas centrales. Ansiosa de más música, cerca de las 21, la multitud recibió fervientemente la llegada de Gustavo Cordera al escenario junto a una no menos protagónica banda de músicos. “Soy mi soberano” fue la canción que marcó el inicio de un recital que no se privó de pasar por ritmos propiamente latinoamericanos, la cumbia y el rock. Sorprendido e invitando al público a subirse a su “Caravana Mágica”, el “Pelado” expresó que “no se ve la gente al final, quiero escuchar gritos”. De esta manera, continuó con la interpretación de “La Caravana se siente”, “India negra cumbia”, “Tenete fe”, “Hablándote”, “Abúsame”, “El lisiadito” y “No es que sea viejo”.
La cumbia, tan propia de nuestra ciudad, ya se respiraba en el aire cuando Cordera comenzó a arengar “arriba las manos, gente, esto es un asalto” y los primeros acordes de “Asalto de cumbia” pusieron a todos a bailar. Luego le siguió el éxito “La bomba loca”, “Nacer” y “Canción para mi cabeza”.
Un Cordera mucho más íntimo, respecto del alocado líder de las épocas de Bersuit, se dirigió a la multitud que copaba la calle diciéndoles: “Muchachos, estamos lejos pero nos acercamos con el puente de la música. A todos los que están a seis o siete cuadras, esta es La Caravana Mágica”.
Por último, antes de retirarse del escenario explicó que se propuso ofrecer “un show de canciones nuevas porque los artistas no deben subestimar a la gente creyendo que siempre quieren escuchar lo mismo. El mejor respeto que podemos tener hacia ustedes es regalarles cosas nuevas, porque la gente lo necesita”. La ovación del público lo acompañó, mientras su figura se perdía detrás del escenario antes de la llegada de León.
El camino de León
Media hora pasó de las 22 cuando la fiesta de la música comenzó su cierre estelar. Vestido totalmente de negro, con la guitarra abrazándole el cuerpo y la armónica colgada a su cuello, León Gieco irrumpió en el escenario solo. “Antes de tocar con la banda, quería representar de alguna forma a las mujeres presentes haciendo unas canciones dedicadas a ellas. Por la violencia de género, por la lucha de las mujeres de todas las épocas”, dijo antes de interpretar la primera canción, “Como la cigarra”, de María Elena Walsh. Luego le siguieron “La Francisca” y “La memoria” mientras en la pantalla se proyectaban imágenes de Walsh, Alfonsina Storni, Elis Regina, Azucena Maizani, Eva Perón, Tita Merello, Violeta Parra, Niní Marshall, Simone De Beauvoir, Libertad Lamarque, Marie Curie, Rigoberta Menchú, Mercedes Sosa, Frida Kahlo, Madre Teresa, Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, entre muchas otras.
Luego de este homenaje, el escenario se completó con la entrada de sus músicos. Aníbal Forcada en bajo, Marcelo García en batería, Luis Gurevich en teclados, Claudio “Dragón” Moglia y Juan “Kubero” Díaz en guitarras; quienes se sumergieron junto a León en un viaje a los primeros años de la extensa trayectoria del artista. “El fantasma de Canterville”, “El país de la libertad”, “La rata Lali”, “La mamá de Jimmy” y “Malas condiciones” fueron las canciones con las que León se remontó a los inicios de su carrera artística.
Con la música como herramienta, este recorrido se contextualizó con imágenes de tramos de la historia argentina desde la dictadura de Onganía y el Cordobazo de 1969 hasta el comienzo de la dictadura militar de 1976, identificada como el “comienzo de la pesadilla”. El viaje propuso también un acercamiento al movimiento cultural de la época, recordando artistas como Los Gatos, Almendra, Sui Generis y muchos otros más.
Con el público en la mano, encantado por el rugir de León, llegó el momento de emprender un recorrido extenso por el país. Fue entonces cuando un viaje “De Ushuaia a La Quiaca” se puso en marcha. De esta manera, la multitud acompañó entusiastamente las estrofas de “Cachito, campeón de Corrientes”, “La cultura es la sonrisa”, “La guitarra” y hasta se escuchó algún que otro sapucay con “Kilómetro 11”, cantada en guaraní.
Sin dudas, León Gieco encaró un viaje por sus 42 años de carrera, en el que cautivó hasta al más indiferente, y de esta manera llegó a la presentación de su nuevo disco: “El desembarco”, tal como llamaron las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo al ingreso a la ex ESMA. De esta manera, dio a conocer la canción homónima, una esperanzadora “Hoy bailaré” y las fuertemente críticas “El argentinito” y “Fachos”.
Sin embargo, un recorrido por su trayectoria no podría acabar en el presente. Faltaba más y el público así lo esperaba. Por este motivo, no tardaron en escucharse los acordes de “De igual a igual”, “Pensar en nada”, “Los Orozco” y “El ángel de la bicicleta” para comenzar a marcar el final.
El domingo ya había terminado, pero la fiesta desatada por León Gieco no se podía detener. Sin embargo, indicando el fin del viaje llegó el momento de “Cinco siglos igual”. Cuando ya se pensaba que lo que seguía era un adiós, invitó al escenario a Pancho Chevez. El invitado de Mundo Alas, conocido por la carencia de sus extremidades, interpretó junto a León “Canción para Beto” y “No me voy de acá”. Ovacionado por el público, Chevez se quedó en el escenario para la despedida. “Sólo le pido a Dios” marcó el punto final, que León y su público anhelan que sólo sea un “hasta luego”.
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