Durante el último año, las naftas súper registraron una suba cercana al 40%, mientras que la de mayor octanaje experimentaron un reajuste algo menor, casi del 30%. De ese modo, se redujo la brecha que separa ambos combustibles.
A través de variaciones porcentuales ínfimas del 2, 3 o 4 por ciento, casi como retoques de centavos, terminaron dando un salto que en casi dos años, duplica su valor.
Consultados por Diario UNO, desde el sector se recordó que la congelación de precios existentes entre los años 2003 y 2008, en que el valor de la nafta súper se mantuvo en el orden de los 2 pesos. Posteriormente, se fueron registrando modificaciones, que se dispararon en los últimos dos años.
Así, el valor promedio del litro de nafta súper apenas por encima de los 4 pesos hace dos años, ya se sitúa actualmente alrededor de 7,50 pesos. En tanto, los combustibles Premium que se acercaban a los 5 pesos, hoy en día registran un precio en los surtidores cercano a los 8 pesos.
Similar comportamiento hubo en los combustibles diesel, mientras que el Gas Natural Comprimido (GNC) pasó de 1,90 a 3,15 pesos el metro cúbico, en solo 12 meses. De ese modo, los costos se incrementaron más del triple del índice de inflación del Indec, e incluso por encima del 25% de las mediciones de consultoras privadas.
En el mercado, los valores de YPF siguen siendo los más económicos, aunque también la diferencia con el resto de los competidores no resulta tan amplia como ocurría hasta hace unos meses atrás.
Al mismo tiempo se mantiene la brecha entre Buenos Aires, con combustibles casi 1 peso por litro más barato con relación al resto de las provincias del país.
Al mismo tiempo se mantiene la brecha entre Buenos Aires, con combustibles casi 1 peso por litro más barato con relación al resto de las provincias del país.
Mientras desde YPF se justificaron los últimos aumentos con el propósito de “acercar sus precios a los del mercado”, como parte del plan de negocios, la firma Shell indicó en ocasión de la última variación en los últimos días del año pasado, que “este aumento de precios responde a la decisión de trasladar el incremento de nuestros costos, afectados principalmente por la devaluación del peso, ya que nuestro principal insumo se comercializa en dólares estadounidenses, y a restablecer el equilibrio entre oferta y demanda de combustibles de nuestra marca”.
Explicaciones
Aunque YPF suele tener los valores más bajos del mercado, la decisión a fines de 2012 de aumentarlos, produce una fuerte presión sobres los costos en general y, por añadidura, en los cálculos de inflación. Se debe a que la compañía domina por mucho el mercado, con una participación en las ventas totales de combustibles en torno al 58 por ciento.
Oscar Díaz, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (Cecha), que reúne a las estaciones de servicio de casi todo el país, apoyó la decisión de YPF. “Creemos que el precio de los combustibles tiene no sólo que dejar una renta razonable, sino que también debe generar ingresos para que la empresa haga las inversiones que tanto se comentan. Rezagar el precio es lo peor que se puede hacer. El valor más barato incentiva el consumo de un bien escaso, que termina importándose”.
Desde su llegada a la empresa, Galuccio se fijó entre sus metas acortar la diferencia de precios con sus competidoras para incrementar sus ingresos (necesita financiar con caja propia la mayor parte de los más de US$ 37.000 millones que prometió invertir en los próximos cinco años) y evitar el quiebre de stock en las estaciones de YPF. Es que los automovilistas suelen agotar en primer lugar los tanques de las bocas más baratas.
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