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jueves, 29 de noviembre de 2012

Pasan a disponibilidad a un jefe policial por vínculos con narcos

Se trata de José Luis Baella, quien hasta junio se desempeñó en la ex Drogas Peligrosas de la UR I. Una investigación de Asuntos Internos develó sus contactos con un procesado por cocinar droga.

Finca. En una casa del distrito costero de Colastiné Norte visitada por Abella hallaron más de 13 kilos de cocaína.FINCA. EN UNA CASA DEL DISTRITO COSTERO DE COLASTINÉ NORTE VISITADA POR ABELLA HALLARON MÁS DE 13 KILOS DE COCAÍNA.


Un comisario inspector de la policía provincial que hasta junio pasado trabajaba en la ex Drogas Peligrosas de la Unidad Regional I está siendo investigado por sus presuntos vínculos con un narcotraficante que fue apresado un mes después en una cocina de drogas en Colastine Norte.

La pesquisa fue iniciada por la Dirección de Asuntos Internos de la policía provincial y da cuenta de que el uniformado “es un engranaje” de una “cadena de favorecimientos” que permitió al narco eludir la acción de la Justicia.

El oficial en cuestión es José Luis Baella, quien hasta junio fue subjefe de la Sección Inteligencia Zona Centro de la Dirección General de Prevención y Control de Adicciones (la ex Drogas Peligrosas) y está siendo investigado por el fiscal federal Walter Rodríguez y el juez Francisco Miño. 

Datos de esa investigación fueron dados a conocer ayer por el portal de noticias “redacciónsantafe.com” y confirmados por UNO Medios. Todo se inició el 3 de marzo pasado cuando investigadores de Asuntos Internos realizaban tareas de vigilancia frente al domicilio de Daniel Francisco El tuerto Mendoza, un hombre de 48 años afincado en Colastiné Norte sospechado de producir y comercializar estupefacientes.

Aquel día, a las 21.30, los pesquisas vieron llegar al lugar un Chevrolet Corsa color champagne con vidrios polarizados y sin patente trasera. El auto pasó a baja velocidad frente al inmueble.

A las 21.40 Mendoza salió de su casa y subió al vehículo por la puerta trasera, del lado del conductor. Quince minutos después, el auto volvió a dejar a Mendoza en su casa. Entonces los investigadores pudieron ver el dominio del vehículo, en la parte de adelante: HER 858.

La investigación avanzó y se confirmó que ese auto, número 3648, pertenece al parque automotor de la Sección Inteligencia Zona Centro de la ex Drogas Peligrosas de la cual Baella era subjefe.
En una allanamiento a esa dependencia, Asuntos Internos constató que en el libro de guardia, aquel 3 de marzo a las 21, se registró la salida del “Cro. Baella J.L.” a bordo del Chevrolet Corsa color champagne al que poco después subiría Mendoza.

Además, las intervenciones telefónicas detectaron que el teléfono celular del comisario José Luis Baella estuvo en la zona del domicilio de Mendoza ese día y en el horario mencionado.

Se conocían
Para los investigadores judiciales no caben dudas de que Baella conocía la relación de El tuerto Mendoza con las drogas. Es que un año antes, el 3 de marzo de 2011, y cuando estaba a cargo de Patrullas Móviles de la ex Drogas Peligrosas, el comisario rubricó ante la Justicia federal un parte informativo que daba cuenta de “la presunta comercialización de estupefacientes de parte de Daniel Francisco Mendoza bajo la modalidad de delivery”.

En ese escrito, judicializado por el propio Baella y que ahora forma parte del expediente que lo tiene investigado, sostiene que “en el transcurso de este fin de semana (marzo de 2011) se realizaron observaciones tendientes a determinar el modus operandi de Mendoza y de allí pueden detectarse posibles transacciones de estupefacientes”.

En ese marco se destaca una llamativa sucesión de hechos posteriores a la investigación de Asuntos Internos. En junio pasado, cuando aún era jefe de la policía Hugo Tognoli, Baella fue trasladado de la ex Drogas Peligrosas de Santa Fe a la Unidad Regional XV con asiento en Coronda, donde hasta ayer fue jefe de Delitos Complejos.

Un mes más tarde a ese traslado, la repartición a la que Baella pertenecía realizó un allanamiento a la vivienda de El tuerto Mendoza, quien fue apresado después de comprobarse que allí funcionaba una cocina de drogas.

En síntesis, mientras Baella estuvo en la ex Drogas Peligrosas apuntó a Mendoza como un “delivery” de estupefacientes; después se reunió con él pese a saber su relación con el narcotráfico; y más tarde la policía “encontró” la cocina por la que Mendoza hoy está procesado.

Engranaje
Según el escrito que el fiscal federal Walter Rodríguez le elevó al juez Francisco Miño, de la conducta de Baella “se desprende un repetido comportamiento de relevancia jurídico penal, cual es el favorecimiento personal (hacia El tuerto Mendoza) para eludir investigaciones del Poder Judicial y del Ministerio Público Fiscal, frustrando el avance de las mismas por omisión del cumplimiento de sus funciones, con evidente ánimo de lucro y dada su condición de funcionario”.

Para la Justicia, Baella encubría el accionar delictivo de Mendoza, aunque no lo habría hecho solo. “Puede sostenerse, en vista a las ganancias exponenciales derivadas del tráfico de drogas —de público y notorio conocimiento—, que los sujetos mencionados no actuaron en soledad ni en forma desarticulada, sino como engranajes de una compleja estructura dinámica y subrepticia, que generó beneficios económicos de dificultosa cuantificación y destino”.

El juez Francisco Miño aceptó en ese sentido los términos de la imputación del fiscal e indagó a Baella el pasado 20 de noviembre. Ahora debe decidir si lo procesa o no, y si mantiene su libertad anets de resolver si hay o no más imputados.

En ese sentido, el secretario de Seguridad Pública de la provincia, Matías Drivet, confirmó ayer que “tras conocer la investigación judicial y habiendo sido informado de que el comisario Baella había sido indagado por su presunto vínculo con un narcotraficante, nosotros en forma preventiva dictamos su pase a disponibilidad hasta tanto se expida la Justicia”.

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