Otra familia fue robada en barrio Villa Dora. Los delincuentes simulaban ser trabajadores de una empresa telefónica. Maniataron a la víctima.
Pueden aparecer como empleados de Telecom; del Correo Argentino o de otra empresa. Pero en realidad son verdaderos “lobos” disfrazados, especialistas en golpes domiciliarios.
La puesta en escena incluye vestimenta similar a la oficial (con cascos inclusive), y sobre todo una cuidada preparación del terreno donde piensan actuar.
Delincuentes que actúan bajo esta modalidad hicieron de las suyas ayer a la tarde en barrio Villa Dora.
En rigor todo comenzó durante la mañana cuando un inmueble ubicado en la zona de Laprida al 5400 quedó sin servicio telefónico.
Como es lógico suponer los dueños de casa hicieron el correspondiente reclamo a la empresa denunciando la situación y pidiendo la restitución del servicio.
Ya en horas de la tarde llamaron a la puerta de dicho inmueble dos hombres, los que se identificaron como empleados de teléfonos. Los sujetos en cuestión eran de mediana edad, estaban vestidos con ropas de color azul y llevaban puestos cascos de color amarillo.
Estaban apoyados por un tercer individuo vestido de manera idéntica, el que se encontraba sobre el techo de otra vivienda de dicha cuadra.
Estos supuestos “empleados” pidieron ingresar a la casa con el argumento de que debían revisar la línea y observar otras cuestiones técnicas.
Una vez en el interior de la vivienda solicitaron que se les indique el lugar donde se encontraba la caja del teléfono. Con otros pretextos reclamaron que se les señale el modo de llegar a la terraza.
“Toda esa recorrida la hicieron para determinar si había otras personas en la vivienda”, opinó hoy un experto en el tema.
Terminada esa “inspección” los rufianes dejaron ver el verdadero motivo de su presencia.
“Esto es un asalto”, le dijeron a la mujer, a tiempo que bajo amenazas comenzaban a reclamarle la entrega de dinero.
Para aumentar su presión la dueña de casa fue maniatada con precintos plásticos.
La pesadilla se prolongó cerca de 15 minutos, tiempo durante el cual los malvivientes volvieron a requisar toda la vivienda hasta que se hicieron de una suma de dinero en efectivo y de una cámara digital.
Logrado su objetivo sus autores se dieron a la fuga.
Este suceso guardaba un último y desagradable capítulo el que se jugó en sede policial. La mujer refirió que debió acudir personalmente hasta la seccional 5ta. para hacer la denuncia porque desde dicha seccional le comunicaron que no podían ir hasta su domicilio, ya que carecían de movilidad.
Idéntico
Más tarde se tuvo noticias de otro robo, cometido con idéntica modalidad, en una vivienda de calle Europa al 6900.
Al igual que el caso anterior el servicio telefónico se vio interrumpido durante la mañana. Lo que siguió durante la tarde es fácil de adivinar. La aparición de estas personas vestidas de azul, con cascos amarillos y con arneses.
Los sujetos ingresaron a la casa, redujeron a su propietaria y le sustrajeron una suma cercana a los 10 mil pesos.
Sin piedad
En nuestra edición de la víspera dimos cuenta del robo que sufrió una mujer en su domicilio de Pasaje Braille al 8400, esto es, en barrio Liceo Norte.
En este caso fueron dos hombres los que arribaron a media mañana y se presentaron como empleados del Correo Argentino, los que debían hacer entrega en el lugar de una encomienda.
Con este ardid los malvivientes ganaron la confianza de la mujer (esposa de un transportista matarife) que les franqueó el paso.
Poco les importó a los rufianes que la dueña de casa estuviese embarazada. Así y todo la maniataron y la sometieron a una serie de presiones, hasta que fugaron del lugar con objetos de valor, documentos al cobro y dos armas de fuego.
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