La familia de uno de los
acribillados en la Villa Moreno el 1º de enero, descree de la policía
del barrio porque los cree "cómplices del accionar narco; no confiamos
en la policía del barrio". Dicen que no protegieron a uno de los
testigos que se salvó de ser fusilado y denunció el tiroteo.
La familia del "Patom" Adrián Rodriguez, no
tiene consuelo con su brutal asesinato junto a otros dos militantes del
barrio, el Mono Suárez y el Jere Trasante. Pero el dolor no les impide
seguir reclamando justicia: Exigen que los policías de la comisaría del
barrio (la 15) no patrullen la zona, porque son "cómplices" del accionar
narco y "tenemos miedo que entreguen a los testigos". El temor tiene
justificación: llegaron a "mostrarle a los familiares de Maximiliano
Rodríguez, al pibe que se salvó de ser fusilado, y que fue a declarar a
la comisaría. Ahora esa familia está aterrada, y ya tiene custodia".
Mientras, se siguen acumulando las pruebas contra el principal
sospechoso de la masacre: Sergio Rodríguez, el Quemado, quien puede
verse claramente en un video la noche de la balacera en el HECA con un
pantalón blanco y una chomba verde a rayas, a las tres y media de la
madrugada. Es la misma vestimenta que dieron los testigos que
sobrevivieron al fusilamiento, solo unos minutos después en la esquina
fatal, aunque con un chaleco antibalas puesto. Hay además testigos del
Heca que vieron sobre esa Kangoo blanca algunas armas.
Mario Rodríguez, el hermano del Patom explicó su desconfianza: "No
confiamos en la policía de la comisaría del barrio porque están con los
narcos. Asi como taparon todo el día que le pegaron los tiros a los
pibes, siempre taparon todo. Igual que cuando están detenidos, los
tienen re bien, los ponen en los pabellones vip, con Nextel,
continuamente comunicados. Y cuando salen intercambian de autos siempre,
es como uno no se siente seguro, y no está tranquilo por la familia y
por todo. La policía sabe quienes son los narcotraficantes, quienes se
mueven en esa".La familia Rodríguez habla de la seccional 15. "Le pedimos al gobernador que no patrullen ellos -dice Roxana, otra de las hermanas de Adrián- porque no los queremos sobre la zona porque tenemos miedo que entreguen a los chicos que fueron testigos, porque también el día que lo llamaron a declarar estaba el Maxi Rodriguez en la seccional y se lo pasaron a sus familiares por delante para que lo vean bien y ahora ese pibe no puede salir a la calle, y tiene custodia, por miedo, porque esta amenazado. Ese pibe y toda su familia están aterrados".
Es el cuarto chico que logró zafar de la lluvia de balas que sacudió la madrugada del 1 de enero en la canchita de Moreno y Presidente Quintana.
"Ese pibe vio que aparecieron varios con armas y corrió. Y dijo que le matador fue el Quemado, que venia con chaleco antibalas. Por eso no corrieron los chicos, porque pensaron que eran policías, y como ellos no tenían nada en contra se quedaron. Cuando llegaron les preguntaron por el Negro Ezequiel y le dijeron que no sabían nada. Entonces les gritaron ' bueno para ustedes también ahi" y les empezaron a tirar" relata Roxana.
Para los Rodríguez, la banda vino a buscar a 'los de Moreno' y se habrán pensado que ellos eran soldaditos del Negro Ezequiel". Todas las críticas apuntan en la familia hacia él, hacia Villalba. El padre del Patom vive desde hace cuarenta años en el barrio, y se queja porque cambió desde que llegaron estas ratas".
Según relatan "esa noche el Negro Ezequiel le dijo a la mujer, 'sacáme el nene que se nos vienen', y los subió a la moto y no apareció más".
Villalba es el sindicado por haber "quemado el barrio, porque los pibes de acá son sanos. Siempre hace los mismo: arma quilombo por ahi, y se refugia donde hay pibitos" apunta una tía del Patom que está parada mirando desde un rincón.
Roxana toma entonces la posta. "Le pido al gobernador que haga justicia, que investigue a la policía, que se ocupe más de los barrios y de los jóvenes, porque mi hermano estaba con la juventud kirchnerista y juntaba los pibes para sacarlos de la droga. Que hacer un grupo de cumbia para incentivarlos en otras cosas, y sacarlos de eso".
Mario es el que habla ahora: "Lo que pasa en este barrio es lo pasa en Tablada, viene un loco le dan plata, un arma y un auto para que vaya a matar a cualquiera. Y algunos pibes agarran, es plata fácil".
Casi al final del relato las mujeres del grupo, mayoría absoluta, vuelven sobre la complicidad policial: " En Doctor Riva entre Balcarce y Oroño hay un kiosko de un tal Chucha que vende y nadie hace nada".
Silencio. Toma la palabra Aldo Villalba, dirigente k del Movimiento Social por los barrios: "Cualquier vecino sabe en qué lugar se vende droga, pero esa no es la función de la familia ni de los militantes sino de la policía y las autoridades. Lo que queremos plantear es que la única forma de resolverlo es patear los barrios no solo en años electorales. Hoy hay una abandono del estado a los vecinos".
Villalba remarca que en la casa de los Rodríguez -donde fue recibido Rosario/12 -funciona una copa de leche. "Adrián trabajaba para tener un futuro mejor", aseguraron.
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