lunes, 11 de marzo de 2013

ROSARIO: Caso Tognoli: no declaró Ascaíni y la causa volvió a enlodarse


El sospechado de ser un narco regional de la zona sur no declaró este lunes como estaba previsto porque sus abogados recusaron al juez interviniente, Carlos Vera Barros. Para los fiscales "hay una empresa criminal integrada por policías y narcos". Un testimonio clave asegura que fue el cabo Quintana el que le avisó a Ascaíni que las patentes de los vehículos que lo seguían eran de la PSA. La fortuna del "Vasco", un hombre que hace poco tiempo trabajaba en el campo como peón  y hoy construye departamentos y compra terrenos en el departamento General López.

“Estos es una payasada política generada por el kirchnerismo para derrocar al socialismo, es una vergüenza”, dijo Andrés Ascaíni al salir de los tribunales federales de Rosario este mediodía. De inmediato, el imputado fue trasladado a la delegación que la Policía Federal posee en la ciudad de Venado Tuerto. No declaró como estaba previsto este mediodía porque sus abogados presentaron un escrito de recusación contra el magistrado que entiende en la causa, Carlos Vera Barros.

Según explicaron fuentes judiciales – explica el diario La Capital -  si el juez acepta la recusación el expediente debe trasladarse al otro juez federal con competencia penal de Rosario, Marcelo Bailaque, que tiene procesado en otra causa a Ascaíni por presunto tráfico de estupefacientes.

Ascaíni, de 39 años, apuntado por el juez de ser el distribuidor de drogas de la zona sur de la provincia que más creció en los últimos años, debía ampliar su declaración indagatoria esta mañana pero fue suspendida minutos antes. A los gritos, el juez interviniente dijo que “se suspende la indagatoria” en la que se le iba a imputar formar parte de una “empresa criminal conjunta”, de acuerdo ala última calificación de los fiscales Murray y Reynoso, que diseñaron en Buenos Aires una estrategia distinta para no dejar morir la causa.  En este nuevo razonamiento de la empresa criminal, para los fiscales esta claro que Tignoli, en su condición de jefe de la entonces Dirección de Control y Prevención de Adicciones validaba ciertas conductas de sus subordinados que “con un viso de legalidad” tenían como fin asegurar el negocio de la venta de estupefacientes y sacar un rédito de ello. Para ello, hacen el recorrido siguiente: Tognoli sabía que el comisario Néstor “Beto” Fernández consultaba las patentes de los vehículos que seguían a Ascaíni para alertarlo de cualquier peligro de detención. Fue así que el 25 de noviembre de 2009 consultó el dominio de una patente a través de una clave que le fue asignada por la Dirección de Prevención de Adicciones y de la que era absoluto responsable de su uso. Esas patentes consultadas eran de dos coches, uno de ellos perteneciente a la Policía se Seguridad Aeroportuaria (PSA).

Pero el cabo Carlos Alfredo Quintana fue el que atendió en la Comisaría de Villa Cañás, donde estaba en esa fecha, el llamado de Ascaíni, quien le comentó que dos coches lo seguían. Tras colgar, Quintana pidió la ayuda del chofer de la repartición, Juan Jesús Borsatto, que lo acompañó a identificar los coches en la calle. “El vehículo estaba en la ciudad, se bajó del móvil Quintana y yo detrás, él lo  identificó y me dijo que era de la aeroportuaria”. En la comisaría –según Borsatto – Ascaíni volvió a hablar con Quintana, que ya tenía la novedad: eran de la PSA los coches que lo seguían. La historia fue corroborada en casi todos los puntos por el ex jefe de ésa unidad policial, el comisario Daniel Alfredo Beltrán, el 29 de noviembre pasado, el mismo día que brindó su testimonio Borsatto. Dijo que había presentado un escrito anteriormente – es verdad, lo hizo el 12 de noviembre del año pasado, se  lo hizo llegar a la entonces Fiscal Liliana Bettiollo por intermedio de un diputado. “Yo pensé que esta denuncia era bajo la figura de identidad reservada”, señaló cuando 17 días más tarde se vio las caras frente a Bettiolo y Vera Barros. Beltrán era jefe de la “taquería” el 25 de noviembre de 2009. Recordó que Quintana recibió un llamado de Ascaíni diciendo que lo seguían y que el mismo Ascaíni fue a la comisaría en 2010 señalando que lo perseguían los de la PSA.

“De esa llamada me enteré ahora”, dijo el 29 de noviembre, haciendo referencia que se había enterado, en realidad, el 19 de octubre del año pasado cuando estalló la noticia que publicó el diario nacional Página /12. Beltrán declaró que estaba cansado que en el sur sea el comentario frecuente que Ascaíni era narco y que había hecho una fortuna con eso. Por eso tomó contacto con una fiscalía federal de Pergamino y con un investigador de la PSA llamado Ariel Rosúa. “cuando me dijeron que los coches que seguían a Ascaíni eran de la PSA yo dije, bueno, ojalá que caiga ese hijo de puta”. Beltrán se relaciónó con la DDI de Pergamino que ya “caminaba”, entonces al “Vasco”. Recopiló una serie de bienes que supuestamente eran de Ascaíni y le dio los datos a la DDI de Pergamino, a la Fiscalía de Pergamino y a la PSA. Ese dossier decía: “…Ascaíni tiene un comercio llamado La Saladita, tipo polirubros, en Villa Cañás, tiene dos camiones y los contadores le dibujan todo, para mí los tiene a nombre de Carina Leguizamón, que es la mujer, porque una vez le pedí documentación y ella facturaba como monotributista. Tienen dos camiones Mercedes Benz que deben valer unos 300 mil pesos, tienen 3 comercio sobre la Avenida 51 que están alquilados y están ubicados uno al lado de otro en la misma cuadra. Atrás de los comercios, ingresando por un portón sobre la Avenida 51 tiene 12 departamentos, 3 terminados que ya están alquilados (…) además compró una quinta en las afueras de Villa Cañás. Tiene una moto 1.100 guardada, es una Honda negra, una camioneta y un Audi. También tiene una camioneta Toyota en la que anda el padre, que es albañil. Posee un Clio, que lo tuvo parado un tiempo en la casa de un pariente”.

Beltrán también declaró que fue “el comisario Fabián Armúa el que más se interesó y que le dijo que el que lo había sacado de la Brigada de Drogas había sido Ascaíni (…) yo le armé reuniones con la gente de Pergamino y con los investigadores de la PSA”. El testigo de los hechos que se investigan también aclaró que, cada vez que preguntaba por Ascaíni le decían que lo estaban investigando. “lo mismo me dijo el ex jefe de la Regional, Jorge Martínez, y los de la brigada de drogas de Venado Tuerto”. Otro dato que aportó fue que Gregorio Velásquez, un oficial de menor rango de la comisaría, estuvo casado con la mujer de Ascaíni, "pero luego a él lo trasladaron de la comisaría y sé que luego se separó”.

- ¿ Por qué usted dice que la situación le estaba trayendo problemas en su familia? – le preguntaron-

- Porque mi mujer es de allí (Villa Cañas) y el comentario era que la policía no hacía nada y la gente no sabe que hay una Dirección de Drogas y metían a  todos en la misma bolsa, por eso decidí irme.

Al poco tiempo Beltrán terminó como jefe de la comisaría de la localidad de Carreras.

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