martes, 12 de marzo de 2013

El mundo aguarda expectante: Todo listo para un cónclave histórico


Los favoritos para suceder a Benedicto XVI son el italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, y el brasileño Odilo Scherer, de Sao Paulo. Hoy a las 16,30 de Roma los cardenales electores ingresarán a la Capilla Sixtina y harán la primera votación.

El mundo aguarda expectante: Todo listo para un cónclave histórico
El mundo estará a partir de mañana pendiente de la chimenea de la Capilla Sixtina, a la espera de la “fumata blanca” que anuncie la elección del nuevo papa.
El segundo cónclave del tercer milenio será sin lugar a dudas histórico: Una vez se esclarezca el nombre del sucesor de Benedicto XVI, quien renunció el pasado 28 de febrero por “falta de fuerzas” en un acto sin precedentes en tiempos modernos, dos papas convivirán por primera vez dentro de los muros del Vaticano.
Los dos con sotana blanca y con el título de “Su Santidad”, si bien Benedicto anunció que se retirará de la esfera pública y se dedicará a la oración en un convento reformado para él en los jardines vaticanos.
En la asamblea electiva a puerta cerrada bajo los emblemáticos frescos renacentistas de Miguel Ángel participan 115 cardenales electores, el mismo número que en el cónclave de hace ocho años, en el que salió elegido Benedicto XVI.
Pero a diferencia de aquella elección, ningún cardenal entrará esta vez en la Capilla Sixtina como claro favorito, como Joseph Ratzinger en su día.
En las quinielas de última hora de los vaticanistas aparecen sobre todo el italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, y el brasileño Odilo Scherer, de Sao Paulo, quien de salir elegido se convertiría en el primer papa de América Latina, donde viven la mitad de los 1.200 millones de católicos del mundo.
La lista de cardenales “papables” es sin embargo mucho más larga. Entre los “favoriti” aparecen también el arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, y el canadiense Marc Ouellet, de Quebec. Al igual que antes del anterior cónclave, también se menciona al cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez Madariaga, así como al argentino Leonardo Sandri, si bien se habla de él también como candidato a secretario de Estado. Una alternativa para el puesto al frente de la diplomacia vaticana sería el italiano Gianfranco Ravasi.
Hay quien tampoco descarta que el próximo papa venga de África, con el ghanés Peter Turkson como favorito.
Con todo, en los días previos al cónclave, los cardenales electores han evitado hablar con la prensa sobre sus candidatos preferidos, algo que no les ha resultado nada fácil ante las frecuentes preguntas de los más de 5.000 periodistas que se han acreditado para cubrir la elección del próximo papa.
Rituales de iniciación
Los rituales del cónclave comenzarán por la mañana en la Basílica de San Pedro con la misa “pro eligendo pontifice” (“para elegir papa”), que será presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, el italiano Angelo Sodano, secretario de Estado durante el pontificado de Juan Pablo II.
Sodano no podrá sin embargo participar en el cónclave, por tener más de 80 años y haber dejado por ello de ser cardenal elector. En su lugar, encabezará la procesión solemne de entrada en la Capilla Sixtina el vicedecano Giovanni Battista Re, quien será también el encargado de recibir el juramento de silencio de los demás purpurados con el que se inicia el cónclave.
Después se pronunciará el “Extra Omnes” (“fuera todos”) y deberán salir de la Capilla Sixtina todos aquellos que no vayan a participar en las votaciones. El lugar de la elección quedará entonces clausurado a cal y canto hasta que se elija al nuevo papa. El complejo vaticano estará equipado además con un muro electromagnético para evitar cualquier filtración al exterior. No se podrán usar por ello teléfonos móviles.
La entrada de los cardenales en la Capilla Sixtina está prevista para las 16:30 horas. En la primera jornada se prevé sólo una votación, que finalizará a más tardar a las 19:30 horas, cuando los cardenales serán conducidos en minibuses dentro de los muros del Vaticano hasta la Casa Santa Marta, una hospedería en la que se alojarán mientras dure la votación.
A partir del día siguiente, habrá un máximo de dos rondas de votación por la mañana y dos rondas de votación por la tarde. Para elegir un nuevo papa es necesaria una mayoría de dos terceras partes, es decir, 77 votos.
El exterior sólo sabrá del progreso de las votaciones a través de la chimenea provisional instalada estos días en la Capilla Sixtina. Si se elige a un nuevo papa saldrá humo blanco. Si por el contrario las votaciones son infructuosas, el humo será negro. Pese a que habrá cuatro votaciones diarias, sólo habrá un máximo de dos fumatas por día, una por la mañana y otra por la tarde.
Una vez se elija al nuevo papa, el encargado de presentarlo al público será el llamado cardenal protodiácono, el francés Jean Louis Tauran, quien desde la logia de la Basílica de San Pedro pronunciará el célebre “Habemus Papam” (“tenemos papa”). Después, el nuevo jefe de la Iglesia católica impartirá su primera bendición “Urbi et Orbi” (“a la ciudad y al mundo”).
Benedicto XVI salió elegido después de sólo cuatro votaciones. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, se mostró convencido la semana pasada de que el cónclave no tendría por qué durar más de “dos, tres o cuatro días”, al estilo de las últimas ocasiones.
Los cardenales han tenido ya ocasión de discutir ampliamente sobre sus expectativas para el próximo papa en las congregaciones preparatorias celebradas durante más de una semana en Roma y en la que se han producido más de un centenar de intervenciones. Se considera por ello que la elección podría producirse pronto, al tratarse de una confirmación de lo debatido antes del cónclave.

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