lunes, 20 de agosto de 2012

“Una postal es Belgrano escuchando al pueblo y desobedeciendo a Buenos Aires”

El autor del libro que reflexiona sobre este hecho histórico sostuvo por LT10 que el Éxodo jujeño fue el primero de 11 episodios similares. “Belgrano siempre sacrificó su propio bienestar en función del bienestar general”, remarcó. 

En diálogo con LT10, Hernán Brienza, politólogo y escritor, autor del libro “Éxodo jujeño”, expresó que “mi libro reflexiona sobre cómo comenzó el éxodo, porqué ocurrió y como finalizó este hecho histórico. El que conocemos como el éxodo jujeño es el primero de los 11 éxodos que tuvieron lugar en Jujuy. Esto demuestra, la tragedia que sufrió el alto Perú y las provincias de Salta, Tucumán y Jujuy. Estamos hablando de una guerra prolongada entre realistas y republicanos que se dio durante 15 años”.

Además, Hernán Brienza agregó que “el prime éxodo fue el más importante pero no el más doloroso. Hay que recordar que los realistas entraron en salta hasta el 1821 cuando los realistas asesinaron a Martín Miguel de Güemes. Durante muchísimos años se habló de la frontera norte del país y yo creo que este es un invento posterior. En aquel momento no había frontera norte, a lo sumo había aduana seca en salta. En aquella época, no había muchas diferencias entre salta y Cochabamba. Todos estos territorios formaban de una unidad cultural muy similar. En el éxodo jujeño también participaron salteños y personas que vivían que Chuquisaqueños. Entre ellos participaron Manuel Padilla y Juana Azurduy”.

Consultado sobre qué significó mover a un pueblo completo, el politólogo y escritor sostuvo que “la orden que recibió Belgrano de Buenos Aires fue retirar sólo el ejercito pero Belgrano se dio cuenta que no podía dejar a los pueblos para que sean víctimas de la represión. Por este motivo, hizo el llamamiento a los pueblos para el éxodo modificando la orden de Rivadavia. El contenido popular de la guerra del Alto Perú es lo que la singulariza como hecho histórico”.

Finalmente, Hernán Brienza remarcó que “yo creo que hay tres postales del Alto Perú. Una de ellas es el incendio parcial de la ciudad. Y la otra es la larga romería de ejército y pueblo que caminan 60 km por día para escapar de la vanguardia realista. Y el otro gran momento, es una noche de principios de septiembre cuando el pueblo en asamblea le pide a Belgrano que no siga huyendo. Belgrano se encuentra en ese momento con una gran disyuntiva: hacerle caso al pueblo o seguir las órdenes de Buenos Aires. En ese momento, Belgrano decide escuchar al pueblo y arriesgar su propia vida ante esta decisión, porque esta desobediencia le significaba una condena a muerte. Belgrano siempre sacrificó su propio bienestar en función del bienestar general”.

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