miércoles, 25 de abril de 2012

ROSARIO: Saquean una casa tras sorprender al dueño adentro de la cochera

Retuvieron a una familia 20 minutos y huyeron con dinero en efectivo y otros objetos de valor Fue ayer a las 8 en Dorrego al 2200. En un mes, hubo al menos tres hechos similares en la zona.

"Salí, miré para todos lados, no había nadie. Uno toma precauciones, pero...". Angustiado y resignado, Marcelo no terminaba de creer lo que le pasó ayer a la mañana cuando se aprestaba a sacar su camioneta del garaje de su casa de Dorrego al 2200 y fue sorprendido por tres hombres armados que sometieron a su familia a una pesadilla durante unos 20 minutos. Los delincuentes huyeron con alrededor de 2.000 pesos y mil dólares en efectivo, además de artículos electrónicos y ropa.
Sorprender a los vecinos mientras guardan o sacan sus vehículos de los garajes de sus viviendas es una modalidad delictiva en boga en la zona del macrocentro entre las avenidas Pellegrini y 27 de Febrero. En el último mes se conocieron al menos tres hechos similares en ese sector, en jurisdicción de las seccionales 4ª y 5ª. Dos de ellos ocurrieron de noche pero el restante, al igual que el de ayer, fueron temprano a la mañana, lo cual es sorprendente teniendo en cuenta que es una zona con mucho tránsito.
Al tanto de esos atracos en su vecindario, Marcelo M. tomaba las precauciones del caso cuando tenía que sacar la camioneta del garaje de la casa donde vive con su esposa y sus trillizas de 3 años. "Ver cómo está la cuadra antes de abrir el portón, no demorar para sacar el vehículo, llamar antes de llegar, todo eso", enumeraba ayer a la tarde el comerciante de 43 años mientras se preguntaba qué otra cosa debería hacer.
Cinco minutos. Unos minutos después de las 8 de ayer, Marcelo cumplió con todos esos pasos. "No había nadie ni en la esquina", comprobó antes de subir el portón a mano y subir a la camioneta. Pero justo en ese momento advirtió que no tenía encima las llaves. No tuvo tiempo de buscarlas.
"No sé de dónde salieron. Tal vez hayan estado esperando arriba de un auto. Me encontré con un tipo adentro del garaje. Empecé a forcejear, ni sé para qué, hasta que me dijo: «No seas pelotudo, ¿no ves que te quemo acá mismo?». Entonces vi a otros dos que estaban detrás de la camioneta", recordó el muchacho, y estimó que la escena se habrá extendido durante unos cinco minutos con el portón del garaje abierto.
"Le ofrecí lo que tenía encima, unos 400 pesos en la billetera, pero venían por más. Y cuando escuché que bajaron el portón caí en la cuenta de que estaba con toda mi familia y tres tipos armados adentro de mi casa", recordó amargado.
En la casa estaban la mujer de Marcelo con sus tres hijas y la niñera, que había llegado minutos antes del atraco. El trío de ladrones, dos de ellos de unos 25 años y vestidos con lentes y gorras, y el tercero un hombre canoso a cara descubierta, se dedicaron a recorrer la casa en busca de objetos de valor.
De terror. "Estaba tan aterrada que ni siquiera sabía adónde teníamos algo de plata", recordó la esposa del comerciante, a quien prácticamente despertaron a punta de pistola. El matrimonio alcanzó a darle a los delincuentes algo más de 2 mil pesos y unos mil dólares que había en un armario.
"Revolvieron todo y buscaron más. Preguntaron dónde teníamos la plata y los dólares, pero nunca tenemos ahorros en la casa", explicó Marcelo sin saber si los maleantes contaban con un dato equivocado o si las exigencias eran parte del amedrentamiento. "Cuando se fueron vi que habían descolgado un cuadrito de la pared, deben haber estado buscando una caja fuerte", apuntó.
Botín. Veinte minutos después de haber entrado, los delincuentes huyeron con el dinero en efectivo, una cámara de fotos, una computadora portátil, una filmadora, un televisor LCD, algunas alhajas, teléfonos celulares y ropa.
"Se llevaron hasta las mochilas de las nenas, zapatos, zapatillas. Y una valija llena de ropa para niños que vende mi mujer", se lamentó Marcelo al armar el inventario de lo sustraído, preocupado porque al alzarse con todas las carteras que encontraron los delincuentes se llevaron tarjetas de crédito y otros documentos personales.
Si bien el comerciante sufrió un golpe leve, tanto él cómo su esposa coincidieron en señalar: "Sólo nos queda agradecer que no nos lastimaron". Sin embargo, a pesar de no tener que lamentar más que daños materiales, la experiencia será dura de superar. "Por suerte las nenas son chiquitas y mucho no entendieron de lo que pasó".

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