Narciso Cantero, representante
de la ONG Manos a la obra, que lucha por mejorar las condiciones de
trabajo en las obras en construcción, permanece frente a la plaza San
Martín en huelga de hambre. Pide que lo atiendan las máximas autoridades
provinciales y municipales.
Narciso Cantero, el representante de la ONG Manos a la obra, permanecía
esta mañana con el ayuno y acampe frente a la sede local de la
Gobernación en demanda de mejoras en las condiciones de trabajo en las
obras en construcción de Rosario.
En su segundo día de huelga de hambre, Cantero pidió que el gobierno
provincial comience a trabajar en un proyecto de ley que tipifique como
delitos penales los incumplimientos de las normas vigente en cuento a
higiene y seguridad laboral.
"Queremos que las personas que incumplan con estas normas sean penalmente responsable y que vayan a la cárcel aquellos que dañan la vida de los trabajadores. Sabemos que no va a ser fácil, pero queremos una voluntad política para intentar revertir esta situación que costó tantas vidas de los trabajadores", afirmó Cantero.
Cantero manifestó que permanecerá instalado frente a la plaza San Martín hasta ser recibido por el gobernador Antonio Bonfatti, la intendenta Mónica Fein o el presidente del Concejo Municipal Miguel Zamarini.
"En Rosario están controlando hasta los caballos, quien poner chips. Bueno, queremos que se controlen dos veces al año las obras en construcción y que se verifiquen cuáles son los riesgos potenciales para los obreros", sostuvo.
Cantero contó que ayer, cuando inició la huelga de hambre, el único funcionario provincial que se acercó para interiorizarse de su situación fue el secretario de Seguridad, Marcos Escajadillo. "Se interesó por la integridad física de mi familia y de la mía, pero quiero que me atienda el gobernador, la intendente y el presidente del Concejo. Si no es así, seguiremos acá", remarcó.
"Queremos que las personas que incumplan con estas normas sean penalmente responsable y que vayan a la cárcel aquellos que dañan la vida de los trabajadores. Sabemos que no va a ser fácil, pero queremos una voluntad política para intentar revertir esta situación que costó tantas vidas de los trabajadores", afirmó Cantero.
Cantero manifestó que permanecerá instalado frente a la plaza San Martín hasta ser recibido por el gobernador Antonio Bonfatti, la intendenta Mónica Fein o el presidente del Concejo Municipal Miguel Zamarini.
"En Rosario están controlando hasta los caballos, quien poner chips. Bueno, queremos que se controlen dos veces al año las obras en construcción y que se verifiquen cuáles son los riesgos potenciales para los obreros", sostuvo.
Cantero contó que ayer, cuando inició la huelga de hambre, el único funcionario provincial que se acercó para interiorizarse de su situación fue el secretario de Seguridad, Marcos Escajadillo. "Se interesó por la integridad física de mi familia y de la mía, pero quiero que me atienda el gobernador, la intendente y el presidente del Concejo. Si no es así, seguiremos acá", remarcó.
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