La decisión española de bloquear las importaciones argentinas de biodiésel tendrá impacto directo sobre la industria de Santa Fe. La provincia es el mayor exportador nacional del producto y España su principal comprador.
De
todas las represalias comerciales contra la Argentina que se reclaman
en Europa, como consecuencia de la expropiación de la mayoría accionaria
de Repsol en YPF, la única que avanzó hasta el momento es la decisión
del gobierno español, anunciada oficialmente el viernes pasado, de
bloquear las importaciones de biodiésel argentino.
Es muy pronto para saber cuál será exactamente el
impacto económico que la medida tendrá sobre las exportaciones del
combustible, pero es seguro que se sentirá sobre un ingente número de
fabricas que operan en la provincia de Santa Fe, que representan el 85
por ciento de la capacidad productiva instalada (3,3 millones de
toneladas a escala nacional), de acuerdo con los datos de la Cámara
Argentina de Biocombustibles (Carbio).
La estructura industrial santafesina produce
aproximadamente 2,6 millones de toneladas de biodiésel anuales, de los
cuales un 67 % se exporta, y los embarques salen desde puertos
provinciales.
A eso, se suma que la industria genera unos 6 mil
puestos de trabajo, entre directos e indirectos, y que por volumen de
operaciones fabriles la mayoría de los mismos se encuentra en la
provincia. Un dato a tener en cuenta es que de las 28 compañías que
fabrican biodiésel en el país, 12 están asociadas a Carbio. De ellas, 11
se encuentran en la provincia de Santa Fe y una en Santiago del Estero.
De acuerdo con los números de la entidad, sus asociados representan más
del 99 por ciento de las exportaciones de biodiésel, tanto en toneladas
como en facturación.
El riesgo
Siguiendo los datos de Carbio, durante 2011 se
exportaron casi 1.693 toneladas, por un valor de 2.202 millones de
dólares, a un costo FOB de unos 1.200 dólares la tonelada.
Por su parte, la consultora Abeceb.com publicó un
análisis pormenorizado sobre las exportaciones argentinas a España,
(por 2.907 millones de dólares), donde el biodiésel ocupa el primer
lugar (38 % del total), por valor de 1.106 millones de igual moneda. Una
simple lectura indica que, por facturación, la mitad del biodiésel
exportado tiene por destino el mercado español.
Para completar el cuadro, debe agregarse el
informe de coyuntura fechado en diciembre 2011 por el Instituto
Provincial de Estadísticas y Censos (Ipec). En el rubro exportaciones,
indica que “España, el segundo destino de las exportaciones de nuestra
provincia, compró fundamentalmente a Santa Fe productos diversos de las
industrias químicas y residuos de la industria alimenticia”.
Entre enero y septiembre de 2011, Santa Fe había
exportado a España por valor de 1.446 millones de dólares, con un
crecimiento de 70 % con respecto a igual lapso de 2010. Si se impiden
las exportaciones de biodiésel (siendo Santa Fe el exportador casi
excluyente) esa tasa disminuirá durante 2012.
Otra amenaza, aunque poco probable que se
concrete porque los intereses son muchos en una Europa en crisis, es que
si los alegatos españoles contra la Argentina logran sumar voluntades
políticas en la Unión Europea, el riesgo casi se duplica: el 90 por
ciento de las exportaciones argentinas de biodiésel van a esos mercados.
Por ser una industria muy joven, la del biodiésel
no está claramente visualizada, pero un dato revelador sobre los nuevos
tiempos es que en 2011 la Argentina exportó carne vacuna sin hueso por
1.267 millones de dólares, casi la mitad de lo facturado por biodiésel.
Hace pocas semanas, el gobierno nacional, como una medida excepcional
para incrementar exportaciones, redujo aranceles de exportación a las
carnes procesadas (valor agregado) cuyas ventas anuales al exterior
apenas alcanzan exiguos 79 millones de dólares.
Las dudas
En tanto, el viernes pasado, la presidenta
Cristina Fernández desestimó el daño que la decisión del gobierno
español podría causar en el negocio argentino del biodiésel. Durante un
acto en Santa Cruz, dijo: “La Argentina está produciendo biodiésel por 3
millones de toneladas al año, de las cuales 800 mil se consumen en la
República Argentina en el corte de combustibles o en otras actividades;
unas 400 mil toneladas se exportan a España, 1 millón 600 mil toneladas
al resto de Europa, y las otras 200 mil toneladas se va a distintos
países de Asia o América del Sur”.
Las cifras dadas por la presidenta no concuerdan
con las que maneja el mercado. Su mención a 1,6 millones de toneladas
exportadas sólo a Europa, son las que Carbio da como exportaciones
totales a todo destino. En la suma de la presidenta, se están exportando
2.200 toneladas.
Además, las exportaciones a España alcanzaron en
2011 a unas 720 mil toneladas (principal comprador), no 400 mil. Esta
última cifra representa las exportaciones ya pactadas en lo que va de
2012, antes de la decisión española. La proyección indica que la
potencial exportación a la península podría haber alcanzado este año más
de mil toneladas, algo que ya no sucederá.
Todo esto, visto por arriba, son números que
competen al gobierno nacional y a su política de comercio exterior.
Visto desde el llano provincial, afectará directamente al entramado
industrial de Santa Fe y al Producto Interno Geográfico de la provincia.
Biodiésel. El escenario del enfrentamiento.
El mercado interno
Para la presidenta Fernández, el país está en
condiciones de absorber la producción de biodiésel que deje de venderse a
España “porque hemos aumentado la posibilidad de mezclarlo con
combustible fósil y estamos en condiciones de absorber no solamente 400
mil toneladas que van a España (NdR: dato incorrecto), sino más de 700
mil toneladas en nuestro propio mercado interno. Les quiero dar las
cifras para que nadie se sienta intranquilo: estamos en condiciones de
consumir más de lo que hoy se consume de las 800 mil toneladas, 330 mil
toneladas en automotor; en el agro 180 mil toneladas y en transporte 200
mil toneladas. En total, 710 mil toneladas, ya que pasaríamos de un b7,
que es la combustión que hoy se está haciendo a un b10, que está
perfectamente permitido y aceptable”.
La alusión a b7 o b10 es la proporción de mezcla
de biocombustible con el combustible fósil (7 % a 10 %). El problema es
que para llegar al 10 por ciento, debe cambiar la tecnología con la que
actualmente se maneja la industria automotriz. Ya se han hecho pruebas
en Córdoba, avaladas por Carbio, sobre un vehículo Toyota, demostrando
que el 10 % es factible. Pero hay que esperar al resto de la industria.
De acuerdo con el cálculo presidencial (o de sus
asesores) en los próximos meses (desde octubre, cuando se espera el
impacto de la decisión española) el mercado interno de biodiésel debiese
pasar de 800 a 1.500 toneladas. Mucho volumen para tan pocos meses.
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