El Tribunal Oral Federal escuchó
ayer a imputados en la causa Díaz Bessone. Lofiego dijo que actuó
\"bajo estado de necesidad\", Scortechini negó haber estado en el
Servicio de Informaciones de la Policía, Marcote negó la calidad de
\"clandestino\" de dicho centro de detención y Chomicky sostuvo que su
acusación \"se basa en mentiras\", y dedicó parte del tiempo a denostar a
las abogadas de la querella.
El Tribunal Oral Federal Nº 2
escuchó ayer en el marco de la causa Díaz Bessone a imputados, quienes
expresaron sus palabras finales. Todos los presentes hicieron uso de la
palabra, salvo Ramón Genaro Díaz Bessone, que alegará desde sus
domicilio en fecha a designar por el tribunal. El Ciego Lofiego dijo que
"actuó en un estado de necesidad exculpante producto del andamiaje
jurídico represivo del terrorismo de estado sobre la estructura
policial". José Scortechini señaló no haber estado en el Servicio de
Informaciones al momento de los hechos, mientras el represor Mario
Marcote negó la calidad de "clandestino" de dicho centro de detención,
aunque no negó haber estado allí. Por su parte, Ramón Vergara optó por
el silencio. Pero el más polémico fue Ricardo "Cady" Chomicki, quien
cargó contra las abogadas querellantes que pidieron 25 años de condena
en su contra por haber sido parte del aparato represivo. "La querella
compro una historia a libro cerrado sin verificar nada, estamos ante un
hecho de incompetencia extrema. Si lo verificaron y lo usaron igual son
unas inescrupulosas", disparó. Y señaló a la abogada Gabriela Durruty
como "la vocera de un grupito de militantes que afirman mentiras desde
1984". "Todos los testigos hicieron referencia a mi condición de preso.
La calidad de agente se le ocurrió como única opción para juzgarme y no
surge del debate, ni de los testimonios: la doctora Durruty tiene una
frondosa imaginación" ironizó el Cady.
La abogada Leticia Faccendini indicó que "los imputados ensayaron la
misma defensa que venían practicado en sus ampliaciones de indagatoria,
que, puestas en su contexto, representan verdaderas confesiones. En el
caso particular del imputado Chomicki, en un último intento de
defenderse, intentó confundir ante el tribunal los medios con los fines.
El equipo jurídico es solo el medio por el cual llevamos a la audiencia
el reclamo de justicia de los testigos que desfilaron por la audiencia
como lo habían hecho desde 1984 por los distintos estrados judiciales.
Hacer foco en las abogadas es obviar, una vez más, la incontrastable
cantidad de prueba en su contra que se ventiló en las audiencias".Por su parte Elida Luna de Familiares recordó que "Chomicki es un civil integrante de la patota que está siendo juzgado por la comisión de privaciones ilegales de la libertad y aplicación de tormentos agravados y de integrar la asociación ilícita que los cometió junto con los co?acusados" y criticó su actitud de" dirigir sus lamentos y sus insultos particularmente a la figura de nuestras abogadas".
"Es intención de Familiares dejar bien en claro, una vez más, que quienes acusan a Chomicki no son cuatro abogadas, sino sus víctimas, las víctimas del servicio de informaciones, quienes lo acusan fehacientemente desde hace más de tres décadas, y cuyo número excede en mucho al grupo de querellantes que las compañeras abogadas representaron en este juicio oral y público. No explicó Chomicki por qué todos estarían complotados por más de treinta años en su contra, y mucho menos explicó por qué dio dos versiones tan distintas a través de los años en sus distintas declaraciones indagatorias. Es la hora de la verdad y de la justicia. La decisión queda ahora en manos del tribunal que no debe olvidar que el juicio de la historia es inapelable", apuntaron en un comunicado de prensa Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, APDH y Liga Argentina por los Derechos del Hombre.
La sobreviviente Marta Bertolino también replicó duramente el alegato del Cady: "Chomicki argumenta una conspiración urdida contra él (y Folch) que tendría como fin aplicarles el \'código revolucionario\', que castiga duramente a los traidores. O sea, los sobrevivientes los castigan por haberse quebrado, y como lo único que tienen a mano es el Código Penal de la Nación, les inventan delitos a él y a Folch que son ¡pobres víctimas! No explica por qué, con esa misma lógica, conspiraciones similares no estarían operando sobre tantos ex?detenidos?desaparecidos que según el imputado Chomicki delataron a sus compañeros, punto en el que se explayó tratando de pasar por la cloaca a unos cuantos sobrevivientes, con frases que se acercaron mucho a las pronunciadas oportunamente por Marcote y Scortecchini y con una sensibilidad que lo aúna claramente al grupo de los represores".
Posteriormente, el TOF 2 fijó como fecha de sentencia el lunes 26 de este mes. Se dará a conocer a las 12 del mediodía.
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