EL VIEJO Y EL PROFESOR: Ordenaron análisis de sangre para los acusados de abusar de tres menores
Mientras se espera una
pronta recuperación de los chicos, internados en el Hospital Alassia,
la Justicia avanza en la recolección de pruebas que permitan determinar
la responsabilidad o inocencia de los imputados.
Esta semana podría conocerse una prueba
fundamental para determinar si los chicos violados y contagiados con
sífilis dicen la verdad en cuanto a la identidad de sus abusadores. La
Justicia ordenó el jueves último la extracción de sangre a los dos
imputados, para que se realicen los exámenes correspondientes y así
determinar si alguno de los dos, o acaso ambos, son portadores de la
enfermedad venérea.
En caso de que así fuera, el juez de
Instrucción Tercera, Néstor Troncoso, contará con una evidencia palmaria
para inculparlos, al menos en esta primera instancia. En caso
contrario, y si los resultados no se condicen con la infección que
tienen las víctimas, el magistrado deberá resolver con premura si les
concede la libertad, que aún no fue solicitada por las respectivas
defensas.
Diez días transcurrieron desde el primer llamado a
indagatoria, en el Juzgado de Instrucción Cuarta, de la Dra. Susana
Luna. El 2 de marzo, el único que declaró fue el profesor de Historia,
de 47 años, que reconoció al mayor de los dos hermanitos de 7 y 11 años.
Según explicó, el chico le pide monedas cuando lo ve entrar a su casa
de calle Belgrano, en Coronda, pero aseguró que nunca lo hizo pasar.
Extracción voluntaria
El hombre vive con su madre, y trabaja en dos escuelas para adultos de
Coronda y Sauce Viejo como profesor de la cátedra Historia; y además se
desempeña como bibliotecario.
Del otro detenido, un jubilado del Servicio Penitenciario de 61 años, dijo saber dónde vive, pero negó tener alguna relación.
Para el profesor, todo se trataría de una jugada “para sacarle plata”,
y se mostró muy tranquilo la semana pasada, cuando accedió de manera
voluntaria a la realización de los análisis de sangre. A su turno, el
mayor de los imputados se negó a declarar.
Los dos están
presos en la Alcaidía de la Jefatura del Departamento San Jerónimo desde
el 29 de febrero. Ese día, una comisión del Centro de Asistencia a la
Víctima de la URXV los arrestó luego de que tres chicos -dos hermanos de
7 y 11 años y otro amiguito de la edad del mayor-, debieron ser
hospitalizados a causa de una enfermedad venérea.
Denuncia e intervención
Una Asistente Social de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y
Familia denunció el hecho tras el ingreso de uno de los menores con un
cuadro de sífilis secundaria al Hospital de Niños Orlando Alassia, el
pasado 18 de febrero. A los dos días ingresaron al Samco de Coronda los
dos hermanos, con el mismo diagnóstico.
A los pocos días de
sus detenciones, la jueza Luna remitió el expediente a su par de
Instrucción Tercera, Troncoso, puesto que el mayor de los imputados
tienen una deuda pendiente con la justicia allí. El antecedente es una
causa por “lesiones graves de 2010”. Por otra parte, fuentes consultadas
indicaron que el hombre habría sido imputado hace ya muchos años en una
causa por “promoción y facilitamiento de la prostitución de menores” de
la que resultó sobreseído; y en otro caso por “encubrimiento”,
archivado en 2007.
La semana pasada, la Justicia allanó los
domicilios particulares de los detenidos, donde se tomaron fotografías
de todas las dependencias en las que pudieron haber ingresado los
menores. No se encontró material pornográfico en ninguna de las dos
direcciones. Para más adelante se espera la realización de entrevistas
con el método de Cámara Gesell a los menores, para ahondar en el relato
de las víctimas.
“El viejo y el profesor”
Según sus primeros dichos, los chicos conocen a sus victimarios como
“el viejo” y “el profesor”, y habrían realizado un relato pormenorizado
de los vejámenes a los que fueron sometidos y obligados.
El
caso conmocionó a la ciudad de Coronda, sobre todo a la barriada de la
que provienen los menores, de escasos recursos. Tal es así que la semana
pasada hubo una reunión de padres en el establecimiento educativo al
que asisten, con la finalidad de llevar tranquilidad a la comunidad
educativa en lo que refiere a la enfermedad de origen venéreo que
contrajeron.
Días antes, los bomberos locales debieron
intervenir en el incendio de un auto Ami-8 que estaba estacionado en
calle Coronel Rodríguez y sería propiedad del mayor de los imputados.
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