En la provincia de Santa Fe hay
entre 120 y 130 nuevos casos de cáncer infantil por año. La cantidad “no
se puede bajar, pero tampoco crece”, señaló la especialista Mónica
Matus.
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Si bien los especialistas aseguran que estas cifras “no se han
incrementado y están controladas”, también insisten en no bajar los
brazos en la lucha y en el esfuerzo por generar conciencia sobre esta
enfermedad. Por ello, el próximo miércoles 15, en el marco del Día
Internacional de la lucha contra el Cáncer Infantil, desde la Fundación
Argentina Oncohematológica Pediátrica (Faohp) de Rosario convocan a la
ciudadanía a sumarse en apoyo a los niños enfermos vistiendo una remera
blanca y también, quien pueda y desee hacerlo, colaborar con la
fundación. Bajo el lema “Ponete la camiseta”, ese día se realizará un
acto, a las 18.30, en el parque de las Colectividades, con suelta de
globos incluida.
Mónica Matus, fundadora de Faohp, afirmó que Argentina se encuentra en
un nivel alto tanto en materia de casos como en calidad de atención
médica. “Estamos trabajando bajo el protocolo de la BFM (Alemania) y
estamos progresando en cuanto al tratamiento y cura de cada caso; lo
lamentable es que aún no se puedan bajar las cifras, pero
afortunadamente no crecen”, sostuvo.
Matus detalló que de los 120 a 130 casos nuevos que se registran por año
en Santa Fe, hay un promedio de entre 40 y 45 casos de leucemia y gran
parte del resto son por tumores sólidos, es decir, cáncer del sistema
nervioso central.
La especialista señaló que, más allá de las investigaciones, “aún no se
conocen las causas reales de estos tipos de cáncer”. Y amplió: “Cada
caso puede desencadenarse por radiaciones, virus en el lugar que habita,
pero no podemos saber aún qué tipo de radiaciones se reciben; hacen
falta muchas más investigaciones en este tema”.
Matus se refirió, en especial, a las seguidas denuncias que se
realizaron en los últimos años sobre las radiaciones emanadas por las
antenas de telefonía celular. “Todavía no se pudo constatar de dónde
proviene tanto mal. Uno ve a los chicos que estaban perfectamente sanos y
de repente aparecen con tumores muy grandes. Hay que tener en cuenta
que se maneja mucho dinero entre las acusaciones y defensas de las
antenas de telefonía celular u otro tipo de dispositivo que emane
radiaciones dañinas, por eso no se puede saber la verdad absoluta, por
ende aún no podemos erradicar esta enfermedad. Por otra parte, hemos
supuesto que los casos iban a aumentar, pero no fue así”, sostuvo.
En tanto, la médica confió que, en la actualidad, Argentina está a un
nivel similar de cura que en el resto del mundo: a nivel mundial la cura
de leucemia en niños es del 80 por ciento, mientras que en el país se
cura entre un 60 y un 70 por ciento “con proyección total de vida, con
cura definitiva”.
“Eso sí –aclaró–, en cuanto a los tumores, es necesario el diagnóstico
temprano poder tratarlo a tiempo. La cirugía resulta inevitable y hay
que sacar el tumor por completo para planificar una cura; de lo
contrario, será muy difícil”.
“No hay que asustarse”
Ante la consulta sobre la atención que deben prestar los padres sobre
síntomas que presenten sus hijos, la doctora Matus advirtió que tanto la
leucemia como los tumores cerebrales son “silenciosos” y que se
manifiestan con síntomas que pertenecen a cualquier otra enfermedad.
“Si su hijo tiene vómitos o dolores de cabeza continuos hay que
concurrir al médico pediatra de inmediato y éste tendrá la sospecha o no
de que pueda tratarse de un tumor. Para eso habrá que hacer una serie
de estudios que lleguen a confirmar o descartar la enfermedad. En tanto,
si el chico padece fiebre, decaimiento y palidez, son síntomas que se
asocian a cualquier otra enfermedad o infección, pero si con el tiempo
persisten o aparecen asiduamente, los estudios deben profundizarse. La
enfermedad existe, pero no hay que asustarse, por eso es importante que
no dejen de consultar al pediatra”, confió.
Asimismo, remarcó la importancia de un tratamiento interdisciplinario
que integre tanto ámbitos de la medicina como también la religión del
paciente y su familia. “Lamentablemente en las obras sociales no se
suele reconocer el tratamiento interdisciplinario de un paciente de
cáncer, a veces se suele reconocer en los tratamientos pediátricos, y en
los de adultos cuesta muchísimo más. Acá hablamos de pacientes que
necesitan una mejora, una cura con su oncólogo, pero también se necesita
el accionar de un infectólogo, de un hematólogo (en el caso de
leucemia), de un psicólogo, del médico pediatra y hasta de un sacerdote,
rabino o pastor, porque la creencia del paciente o de su familia
también es importante en la cura”.
Nacional, pero anclada en Rosario
La Faohp tiene personería jurídica desde 1987 y, si bien fue creada en
Rosario con el objetivo de expandirse a lo largo y ancho del país, “no
hubo hasta el momento un apoyo institucional que promueva el crecimiento
de este equipo de trabajo”, advirtió Matus.
“Desde la fundación ayudamos a todos los que nos necesiten, tengan obra
social o no. Aquí hemos trabajado con familias que no tienen baño en su
casa, que no tienen techo, que no tienen pañales para sus hijitos, ni
alimentos adecuados. Tratamos de ayudarlos con todo lo que tengamos, o
gestionamos algunas actividades. De hecho, hemos realizado campañas de
ladrillos para construir alguna piecita y que ese chico tenga una
recuperación digna, o bien para conseguir comidas para familias muy
pobres”, detalló.
A su vez, Matus remarcó que Faohp carece de un domicilio permanente, “a
pesar de las gestiones” que han realizado. “Sería de suma utilidad tener
un espacio físico donde podamos recibir, guardar y entregar las
donaciones hacia los pacientes y familiares que requieren de nuestra
ayuda”, reclamó.
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